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EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Martes, 13 de diciembre 2022, 00:56
«Estudiar no fue difícil durante el confinamiento: se hizo más complicado cuando tuvimos que volver a clase, porque no teníamos el hábito de estudio y también perdimos algo de interés, lo que hizo aún más difícil retomar los estudios». Es una de las principales conclusiones que un grupo de veinte alumnos de cuarto de la ESO y primero de Bachillerato del colegio de la Inmaculada, junto a estudiantes de Países Bajos, Noruega y Polonia, extraen de la encuesta realizada a 73 compañeros de otros institutos españoles. Ayer trabajaron y discutieron juntos los resultados en la primera jornada del proyecto Erasmus+ 'Cambia actitudes, pasa a la acción, consigue resultados y crea embajadores'. Se les pidió estudiar las consecuencias negativas, pero también las positivas. Y concluyeron, así lo expuso en inglés la alumna Gracia Álvarez, que «la experiencia de la pandemia, que seguramente no vuelva a ocurrir en mucho tiempo, alteró nuestros puntos de vista, nos hizo crecer y también ayudó a estrechar el vínculo con nuestras familias, un cambio positivo que se mantiene hoy».
Este proyecto en el que participa el centro gijonés pretende crear un equipo que «trabaje más allá de las fronteras» para afrontar, unidos, los diferentes retos que debe superar el alumnado europeo desde la pandemia. Durante la jornada celebrada ayer, la comunidad educativa, el profesorado y el alumnado tanto extranjero como gijonés pusieron en común algunos de los problemas y desafíos en el horizonte. Hablaron de reducir el estrés, apoyar el bienestar emocional de los alumnos y proporcionarles actividades para que puedan relacionarse, y compartieron preocupaciones e ideas para mejorar su capacidad de concentración en el contexto postpandémico, así como para garantizar el correcto uso de los dispositivos electrónicos en el aula.
«Decidimos estudiar la covid y las consecuencias que ha traído a los alumnos al constatar que cada vez hay más problemas», señala Begoña Rey, coordinadora del proyecto Erasmus+. Así, el grupo de trabajo analizará la situación en cada uno de los cuatro países participantes, empezando por España, donde se elaboró una encuesta en la que participaron 187 profesores y familias y cuyos resultados se estudiarán estos días. Sin perder de vista que «lo importante es que los chicos, que tienen entre 15 y 18 años, se den cuenta de que hay problemas, pero también que pueden contribuir a buscar soluciones y que no todo es negativo sino que, como han manifestado, la experiencia también les ha servido para crecer y madurar», apunta Rey. El jueves presentarán las conclusiones de las jornadas gijonesas. El objetivo es establecer una serie de acciones a llevar a cabo antes de las siguientes reuniones, que tendrán lugar en los diferentes países participantes.
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