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IVÁN VILLAR
Miércoles, 13 de mayo 2020, 01:36
El Ayuntamiento aprovechará la necesidad de garantizar una mayor distancia entre personas en la vía pública para «acelerar un plan de peatonalizaciones» que según el área de Movilidad «se repartirá por toda la ciudad y no incidirá en ningún distrito concreto». Algunas tendrán carácter definitivo y otras únicamente temporal, si bien en ambos casos para delimitar las zonas restringidas al tráfico podrían utilizarse elementos provisionales de contención, como maceteros o barreras 'new jersey', para así agilizar la implantación de estas medidas.
Antes de la pandemia, la Concejalía de Movilidad ya había anunciado sus planes para peatonalizar la avenida del Molinón una vez se reponga la superficie tras las obras de construcción del pozo de tormentas de los Hermanos Castro. Y en cartera estaban también la peatonalización de un tramo de Pablo Olavide, en El Llano, y la semipeatonalización de la calle Santa Elena, en el centro, que comenzó esta semana.
Hace dos semanas, con la flexibilización del confinamiento y la aprobación dentro del estado de alarma de franjas horarias en las que se permitían el paseo y la práctica deportiva, se decidió cortar al tráfico un carril del Muro, medida que el Ayuntamiento asegura que utilizará además de experimento para analizar la viabilidad de un cierre definitivo. Y ahora la intención es extender esta práctica a otras zonas.
Una de las que se están estudiando es la del Muelle. En concreto, Claudio Alvargonzález, desde la plaza del Marqués hasta la antigua sede de la Autoridad Portuaria. La Concejalía de Movilidad lleva tiempo preparando los pliegos para convocar un concurso de ideas para la reforma de toda esta zona, pero a la espera de ese proyecto podría anticipar un corte provisional al tráfico de una calle, «que tiene vocación de espacio peatonal».
Tanto, que también parece ya descartada la opción de incluir en el futuro concurso la prolongación del carril bici de los Jardines de la Reina -recién reformado- hasta la punta Liquerique. «No tendría mucho sentido, porque no es una zona de tránsito, sino un fondo de saco. Y en esa zona podrías bajarte de la bicicleta y llevarla de la mano», apuntan responsables del área. Lo mismo ocurre con el tráfico motorizado, que solo utiliza esta calle para acceder a sus plazas de aparcamiento en superficie y para salir de Cimavilla. La decisión que se adopte deberá seguir garantizando el tránsito a estos últimos.
Los concejales de Movilidad y de Obras Públicas, Aurelio Martín y Olmo Ron, presentarán hoy las nuevas medidas que prepara el Ayuntamiento tanto en lo que respecta a las peatonalizaciones como al fomento de modos de transporte alternativos al vehículo particular. Entre ellas, la implantación de un carril-bus a lo largo de la avenida de Pablo Iglesias. La concejala Laura Tuero, de Podemos-Equo, pidió ayer que actuaciones como la peatonalización de calles «vayan más allá de la crisis sanitaria».
La necesidad de garantizar las distancias entre los peatones ha reabierto el debate sobre la estrechez de muchas aceras de la ciudad que no alcanzan siquiera el metro y medio de anchura. El presidente de la federación vecinal urbana y del Foro de la Movilidad, Manuel Cañete, recuerda que este último órgano ya ha manifestado que «lo ideal sería no que en cualquier planificación que se haga sobre aceras no solo lleguen a los 1,80 metros de anchura que marca la ley, sino a dos metros».
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María Díaz y Álex Sánchez
Almudena Santos y Leticia Aróstegui
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