GIJÓN AZUL

Un océano de oportunidades

España y toda la Unión Europea apuestan firmemente por una economía verde y circular que también aproveche los recursos marinos protegiéndolos y respetándolos

ANDRÉS MORO

Martes, 8 de junio 2021, 03:16

La sostenibilidad de nuestro planeta y por tanto la vida en ella están en juego. El cambio climático es ya una realidad. La gestión de residuos y la sobre explotación de nuestros recursos naturales se han convertido en un gran problema que afecta a todos los países sin excepción. Los expertos en la materia llevan años avisando de que el tiempo para revertir esta situación se agota y que nos acercamos peligrosamente a un desastre que precisa de actuaciones globales por parte de gobiernos, empresarios y ciudadanos. Al amparo de esta situación surgen varias teorías económicas que buscan poner en valor la eficacia productiva con la sostenibilidad del ecosistema. Así, se empieza a hablar de la economía circular, de la economía verde, y de la economía azul. Las tres interrelacionadas, pero cada una con sus matices.

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La economía circular trata básicamente de romper con la fórmula de la economía lineal basada en 'comprar, usar y tirar' para cambiarlo por otro modelo productivo reduciendo el uso de los recursos naturales, reutilizándolos y reciclándolos. Básicamente es aquella capaz de transformar los residuos en recursos que retroalimentan y regeneran el sistema tal y como hace la naturaleza.

Por su parte, la economía verde matiza ciertos aspectos de la circular ya que busca reducir o eliminar su impacto sobre el medio ambiente produciendo bajas emisiones de gases de efecto invernadero, utilizando los recursos de forma eficiente evitando la pérdida de los ecosistemas y favoreciendo la I+D+I para desarrollar tecnologías que cuiden y protejan el medio ambiente como las energías renovables, materiales para la construcción bioclimática, el transporte limpio, el reciclaje o la gestión de residuos.

En cuanto a la economía azul, hay dos versiones a las que hacer referencia. Por un lado tenemos la concebida por el economista y empresario belga Gunter Pauli, cuyo modelo económico está inspirado en la naturaleza, mimetizando los procesos productivos con el objetivo de regenerar los recursos naturales una vez utilizados. Y, por otro lado, la economía azul de los mares y costas surgida a raíz de la Conferencia de Rio+20 (Conferencia de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas) orientada y centrada en las actividades costeras y oceánicas.

El empresario y economista belga, Gunter Pauli, fue el primero en darse cuenta de que era posible producir bienes y servicios respetando el medio ambiente optimizando los recursos naturales y aprovechando los residuos como otra fuente de energía más.

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Hace más de veinticinco años puso en marcha la primera fábrica ecológica de su país y desde entonces se ha convertido en el referente mundial del diseño e implantación de un modelo económico basado en una eficiencia productiva emulando los ecosistemas naturales y transformando los despojos inutilizables en recursos reutilizables.

Según el economista belga, a diferencia de la economía verde en la que las empresas se ven obligadas a invertir más recursos para producir de una manera ecológica y vender mas caros sus productos, la economía azul se basa en la optimización de los recursos que aporta el entorno natural de una manera circular, local y sostenible. Para Pauli, todos los residuos generados se deberían reintroducir en el proceso productivo de nuevo como nuevas materias primas, igual que hace la naturaleza

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El papel de Naciones Unidas

Avanzado en el tiempo, en la conferencia de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas celebrado en Río de Janeiro en junio del 2012 se propuso la aplicación de la Economía Verde a las actividades costeras y oceánicas con el objetivo de encontrar un crecimiento azul que sea sostenible protegiendo las actividades relacionadas con el mar que podrían estar amenazadas por el cambio climático y la explotación incontrolada en base a un beneficio global.

En definitiva, la Economía Azul de Pauli da prioridad a la aplicación de las ideas de la Economía Circular en clusters empresariales y la Azul de los Mares busca la sostenibilidad de los ecosistemas marinos y costeros que son próximas a la Economía Verde.

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El 70% de la superficie de nuestro planeta está ocupada por mares y océanos. La Unión Europea, al igual que otros organismos internacionales se ha dado cuenta de que las grandes masas de agua, dulces y saladas, son todo un universo de riqueza por descubrir y que serán unos de los motores que impulsarán una nueva economía que ayudará a construir un futuro sostenible, descarbonizado y libre de emisiones.

La Comisión Europea en su último informe sobre la economía azul publicado en 2020 con datos de 2018 deja claro que los sectores relacionados con los océanos y medios costeros gozan de una excelente salud. Un claro ejemplo de ello es la producción de energía oceánica renovable en la que la UE es líder mundial y cuyos objetivos se centran en producir el 35% de su electricidad a partir de fuentes en alta mar para el año 2050.

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Según el mismo informe, la economía azul genera en Europa algo más de cinco millones y medio de puestos de trabajo y un valor añadido bruto de 500.000 millones de euros al año con un volumen de negocio de 750.000 millones de euros.

España a la vanguardia

España cuenta con ocho mil kilómetros de costa, lo que ha propiciado en las últimas décadas un incremento sustancial de todo un tejido industria en torno al mar. En la actualidad somos la segunda economía azul de Europa, tras el Reino Unido, ya fuera de la UE. Según datos recogidos en el informe de la Comisión Europea nuestro sector marítimo tiene un valor añadido bruto (VAB) superior a los 32.700 millones de euros, lo que supone el 15% de lo que estas actividades generan en toda la UE y da empleo a cerca de 945.000 personas, el 19% de toda la economía azul de Europa.

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El sector del turismo costero es el principal motor porcentual de la creación del denominado empleo azul. Su constante adaptación a una oferta cada vez más respetuosa con el medio ambiente abriendo horizontes a nuevas demandas hacia turistas mas concienciados en los valores medioambientales, ofertando experiencias sensoriales en directa relación con la naturaleza está propiciando la aparición de nuevas oportunidades de negocio hasta ahora prácticamente desconocidas aplicadas a la gastronomía (del mar) a los deportes náuticos o a la salud, por poner unos ejemplos.

En cuanto a la energía eólica marina, simplemente destacar que en los últimos diez años ha multiplicado por nueve los puestos de trabajo ofertados y que la tendencia es al alza. Un estudio realizado por la consultora independiente Enzen ha señalado que el desarrollo de esta industria en la Península Ibérica generará 30.000 puestos de trabajo, directos e indirectos en el año 2030 con un volumen de negocio que podría alcanzar los 5.000 millones de euros de facturación anual.

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La biotecnología marina, por su parte, va tomado peso en nuestro tejido productivo y ya somos el séptimo productor de Europa en biomasa de algas y el tercero en financiación a esta industria, cuyas aplicaciones van desde la medicina, cosmética, alimentación humana, piensos para acuicultura, elaboración de detergentes menos contaminantes o fabricación de papel y textiles.

En cuanto al transporte marítimo las inversiones en I+D+i se orientan cada vez mas hacia fuentes de energía con menos emisiones de carbono lo que permite reducir la acidificación de las aguas. La acuicultura y la pesca crecen como actividades económicas sin generar gases de efecto invernadero existiendo, además, una correlación entre pesca sostenible y resultados económicos positivos.

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En conclusión, los pilares bajo los que se sustenta la economía azul pasan por asegurar que los ecosistemas mantengan su trayectoria evolutiva. La ciencia y la tecnología ya permiten explotar y gestionar de forma sostenible la riqueza de los mares y restaurar los espacios degradados. De esta manera se recupera biodiversidad generando riqueza y mejorando la calidad de nuestro entorno y por tanto de nuestras vidas.

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