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RAMÓN MUÑIZ
GIJÓN.
Viernes, 29 de enero 2021, 00:21
Quien crea que nada se mueve en el plan de vías y el metrotrén se equivoca. Es cierto que en el escalafón político ... la situación es de bloqueo, que la alcaldesa Ana González apostó en mayo por hacer un nuevo convenio, aparcar el estudio informativo de la estación intermodal y centrarse en actualizar el proyecto de obra de Moreda. Es cierto que han pasado siete meses de tanteo sin que termine de cristalizar ningún de esos pasos. La primera edil confiaba en desencallar el asunto en una reunión con el Ministerio de Transportes en enero.
Se puede argüir que la agenda del ministro José Luis Ábalos se complicó por la nevada de Madrid y también que el valenciano no está teniendo suerte con Asturias. Una visita a la variante de Pajares en noviembre la tuvo que cancelar por otros compromisos y, al final, en dos años y ocho meses de ministro solo ha acudido dos veces al Principado; su predecesor, aprovechando que tenía residencia en Cantabria, hizo diez visitas en los 574 días.
El plano político está a la espera de decisiones, pero los técnicos siguen trabajando según las últimas instrucciones recibidas. La empresa pública Adif tiene ya un proyecto básico para la obra civil de las estaciones de El Bibio y Justo del Castillo y en septiembre completó la exposición pública de las fincas a expropiar. Siguiendo el encargo «están avanzando los trabajos del proyecto de construcción, que incluye el dimensionamiento de la obra civil y las características y condiciones de las actuaciones necesarias para completar las estaciones», detalla la sociedad.
Adif trabaja con la idea de llegar al otoño con el proyecto de obra cerrado, supervisado y aprobado técnicamente. El presupuesto de licitación se sitúa en los 63 millones (IVA incluido) y el plazo previsto «trabajando simultáneamente en la obra civil de ambas estaciones» es de 31 meses, es decir, dos años y siete meses.
Será el primer proyecto de obras terminado dentro del puzle del plan de vías y el túnel del metrotrén. En materia de infraestructuras la génesis habitual es madurar primero un estudio informativo, luego concretarlo en un proyecto de obras, y después buscar la empresa que ponga las máquinas y operarios. Dado que Adif cuenta con tener el proyecto en otoño, si hay presupuesto e impulso político, la licitación de los trabajos y su adjudicación podría resolverse a mediados de 2022. A partir de ahí, la constructora tendría ese margen de 31 meses; salvo incumplimiento por su parte, entregaría por tanto la actuación en 2025.
Adif cumple, pero el resto del esquema que no depende de él cae en retrasos que afectan al conjunto. Basta ir a la estación precedente, plaza de Europa. La sociedad encontró un problema: la ubicación en la plaza exige hacer pantallas de micropilotes metálicos para consolidar las cimentaciones de los edificios vecinos al túnel del metrotrén. Es un riesgo que entendió había que evitar.
Presentó un estudio de alternativas: la oeste deja la estación entre la Casa Rosada y el Museo Piñole, la este bajo la avenida Pablo Iglesias. La primera sale a 27,5 millones, la segunda en 33. En junio Adif tuvo que suspender el contrato a la consultora que maduraba esta parte; para decantarse por una opción necesita antes saber dónde irá la estación anterior, la intermodal, «puesto que deben guardar un margen de distancia entre ambas».
Es decir, en el entorno de plaza de Europa hay trabajos que acumulan un semestre detenidos por el bloqueo que sufre la cuestión de la ubicación de la estación intermodal. De mantener la incógnita, la misma parálisis se contagiará a partir de otoño al proyecto de El Bibio y Justo del Castillo, estaciones que carecen de sentido si antes no se resuelve la conexión del metrotrén con el resto de la red de cercanías a través de la intermodal.
El calendario empieza a echarse encima. El último paso dado por el ministerio fue sacar a información pública el 4 de junio el estudio de la estación, ese que comparaba las ubicaciones de Moreda y el Museo del Ferrocarril sin decantarse por ninguna. La legislación que regula el trámite marca unos plazos para evitar que las administraciones se duerman en los laureles.
Desde ese 4 de junio por ejemplo pesa una suspensión a las licencias y reclasificaciones urbanísticas de todo lo que esté en el área afectada por el estudio informativo. La cautela expira a los 12 meses, salvo que el ministerio justifique la necesidad de ampliarlo en otros seis como máximo.
En Transportes dicen tener el mismo plazo para remitir el estudio informativo y las alegaciones al Ministerio para la Transición Ecológica, paso que, como tantas cosas, sigue a la espera.
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