M. MORO
GIJÓN.
Jueves, 1 de julio 2021, 02:20
Eduardo Fernández-Pascual (Langreo, 1985) acaba de completar el equipo científico del Botánico como nuevo conservador ('horti curator') de la instalación. Pese a su juventud, está considerado un experto mundial en la germinación de semillas en hábitats de alta montaña. Tras pasar tres años formándose ... en Reino Unido y Estado Unidos, dice estar ya readaptado a Asturias.
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-¿Cómo están siendo estos primeros días como conservador?
-Muy entretenidos, al haber coincidido con la época del año en la que hacemos trabajo de campo. El martes, los miembros del equipo científico estuvimos muestreando en la sierra de Villabandín (León) y para la semana que viene planeamos una expedición al macizo de Penubina (Peña Ubiña en asturiano).
-¿Conocía a alguno de los restantes miembros del equipo?
-Conozco desde hace años a la mayoría de los miembros. He aprendido y colaborado con ellos en numerosos proyectos y publicaciones, y he sido compañero suyo en la universidad y en el propio jardín.
-Ha sido elegido entre 17 candidatos. ¿Qué le dio ventaja?
-La pregunta debería de contestarla el comité de selección, pero supongo que era el candidato que reunía la mejor combinación de producción investigadora y experiencia en jardines botánicos.
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-¿Cuáles van a ser sus prioridades para los próximos meses?
-Primero, revisar el contenido de las colecciones, con prioridad para la planta viva y, específicamente, el Entorno Cantábrico. Segundo, poner en marcha el seguimiento fenológico de la red PhenObs, en colaboración con la Asociación de Amigos del Jardín Botánico Atlántico. Y tercero, analizar los datos que hemos ido acumulando sobre vegetación y clima de alta montaña de Picos de Europa.
-¿Qué se ha encontrado al llegar que le haya sorprendido?
-Me he encontrado una actitud muy positiva por parte del personal del jardín, con muchas ganas de trabajar y de darle un nuevo impulso a la institución.
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-¿Ha estado al tanto de la actualidad de esta instalación? Su puesto pasó por varios manos desde la marcha de Álvaro Bueno e incluso se judicializó.
-He seguido la actualidad del jardín desde la distancia. Lamento mucho lo que ha pasado en los últimos años, pero confío en que estamos iniciando una nueva etapa.
-Usted desarrolló su tesis doctoral en el banco de germoplasma de este Jardín Botánico. ¿Se lo ha encontrado en mal estado?
-No he tenido todavía tiempo para hacer una revisión a fondo de la colección de germoplasma, pero sí que he podido constatar que actualmente las muestras están conservadas en las condiciones de baja humedad y congelación que aseguran su viabilidad a largo plazo.
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-¿Cómo está afectando el cambio climático a la germinación de semillas en alta montaña?
-Sabemos que las semillas de las plantas de alta montaña están adaptadas para responder a los ciclos climáticos extremos del hábitat en el que viven. Por ejemplo, las semillas de muchas especies necesitan pasar un largo periodo bajo la nieve antes de poder germinar, de manera que se aseguran de que la germinación ocurre después del deshielo, el momento más favorable para la supervivencia de las plántulas. Si el cambio climático reduce o elimina la cobertura de nieve en la alta montaña, este ciclo natural de las semillas podría romperse. Lo que estamos estudiando ahora es la capacidad de las semillas para responder a tales cambios, tanto a través de su plasticidad intrínseca (lo que llamamos por analogía su 'memoria' térmica), como aprovechando la variedad de microhábitats que existen en la alta montaña gracias a la complicada topografía (neveros, crestas, grietas en la roca, etc.).
-¿Qué proyectos científicos quiere impulsar primero?
-En 2008, el jardín y la universidad pusieron en marcha un proyecto de seguimiento del cambio climático en la vegetación de alta montaña de los Picos de Europa. Desde ese año, hemos mantenido vivo el seguimiento, visitando regularmente las parcelas de estudio para realizar inventarios de vegetación y mantener sensores de temperatura y humedad. Ahora queremos pararnos por fin a analizar los datos acumulados y convertirlos en una publicación.
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-¿Qué bioma o variedad vegetal que actualmente no hay le gustaría añadir a la colección?
-Nuestra prioridad en este momento es revisar y consolidar todo lo que el jardín tiene, que no es poco. Cuando ese objetivo esté cumplido, nos plantearemos cuál es el mejor camino para continuar desarrollando el Esquema Global Director original del Jardín Botánico Atlántico, que contempla ampliar el Itinerario Atlántico con los biomas templado americano, tropical caribeño y mediterráneo.
-En los últimos años ha habido un debate casi antagónico en el Botánico entre partidarios de remarcar su proyección científica y defensores de potenciar su vertiente más lúdica y de ocio al aire libre. ¿Con qué se queda?
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-La misión de cualquier jardín botánico es investigar, conservar y divulgar la biodiversidad vegetal de su entorno geográfico. Las actividades lúdicas compatibles pueden y deben contribuir a esa misión, haciendo que la sociedad se acerque al jardín y se interese por la botánica.
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