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Un rápido paseo por el carril bici de Poniente deja ver cómo se entremezclan los usuarios del mismo con los paseantes. A pesar de las líneas que marcan el recorrido que solo deben seguir las bicicletas no parece suficiente para que los viandantes lo ... crucen. A veces por la propia necesidad y otras, simplemente, por despiste. La obra que el Ayuntamiento ha anunciado del nuevo carril bici para finales de agosto quiere aportar mayor seguridad diferenciando la calzada de la acera con aglomerado tintado en color rojo y, a mayores, contará también con elementos físicos de separación como bolardos y mobiliario urbano.
De un lado a otro se encontraba Mónica Piney esquivando el carril bici en la calle Rodríguez San Pedro, «voy como si fuera un puzzle sin pisar las líneas», explica a este periódico. En su caso, está de acuerdo con la propuesta, que también ensanchará el carril bici, «como peatón necesitamos este paseo para pasear y el carril debería estar más hacia afuera». En su opinión, «debe ser como el paseo de El Muelle. Aquí está muy atravesado porque también hay árboles».
Para Heidi Moreno la movilidad en medios sostenibles es el futuro y «cada vez hay más gente que apuesta por ello». Por eso cree que «es necesario que se siga aumentando el ciclocarril a todas las partes de la ciudad». Respecto a que las obras comiencen la última semana de agosto, «es contradictorio porque es cuando más volumen de gente lo usa. Sería mejor en invierno», apunta. «Si no va a ser perjudicial para los usuarios». La seguridad es otro de los puntos en los que inciden los ciclistas, «siempre hay problemas», afirma Nuria Espeso, usuaria del carril. «En verano es increíble, entiendo que los de fuera no sean tan conscientes pero los de aquí siguen pasando aunque se les avise», apunta.
A pesar de ello entiende a los terceros en discordia: los conductores. «Perder plazas de aparcamiento y sobre todo en verano lo veo bastante fastidiado», comenta con respecto a que tras las obras se pierdan 19 aparcamientos al cambiar las plazas para que se aparque en cordón en vez de en batería como se venía haciendo y así ganar espacio. Como solución, Espeso «lo dejaría como está pero con pivotes y algo luminoso pero que se viera más y que estuviera mejor mantenido. Lo de llevarlo hacia la carretera no lo veo factible».
Otra solución que aporta Miguel Arenas tras aparcar su coche en uno de estas plazas que se verán afectadas tras la remodelación es «quitar las escaleras que rompen el paseo por arriba y abajo y, de paso, poner unos bancos». Ahora mismo «está todo muy apretado. Convivimos todos en un mismo espacio y me parece mal que quiten espacio», señala. Aunque «de cara a pasear y disfrutar de este espacio es estupendo».
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