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Parte del escenario de Nocturnia. E. C.
Nocturnia emigra hasta el verano de 2025

Nocturnia emigra hasta el verano de 2025

La actividad está muy bien entretejida entre el hilo lúdico y educativo pues se van dando detalles sobre cada una de las aves

Luisa Oliva

Lunes, 12 de agosto 2024, 20:57

La actividad no podría empezar más emparejada a su nombre, pues los 'Guardianes de la noche' (unos monitores de Nocturnia caracterizados de pies a cabeza con motivos medievales y aviares) son los encargados de guiar al público hacia el interior del Jardín Botánico. Entre la música sugestiva y lo pintoresco de los trajes uno de los niños del público asegura «parece que estamos en Hogwarts».

Un búho que participa en el espectáculo.

Antes de que la luz desaparezca, Nocturnia se adentra en la zona del ecosistema de marismas del Jardín Botánico donde comienzan a planear aves rapaces diurnas como los halcones. La actividad está muy bien entretejida entre el hilo lúdico y educativo pues se van dando detalles sobre cada una de las aves. Sobre los halcones, por ejemplo, se aprende en Nocturnia que su vuelo es más rápido que un pensamiento humano con un vuelo de 400 km por hora. También que el águila Harris se utiliza en aeropuertos como internacional como el de México para cazar otro tipo de pájaros.

Posterior a la exhibición de aves diurnas comienza un corto paseo hasta un escenario cerca del centro del Botánico en el que la actividad continúa. El escenario está bien preparado para los más pequeños para los que hay reservadas las primeras filas con unos cojines desde los que se ven a penas unos cuantos centímetros los silenciosos vuelos de los diferentes búhos, lechuzas, etc…

El espectáculo reúne una sincronización perfecta de luminotecnia y música que consigue hipnotizar a los jovencísimos espectadores que no dicen mucho más allá de «como mola», «qué bonito» o algún «alaaa» que se alargan más de unos segundos.

Del mochuelo común, nos cuenta un enigmático narrador que en la Grecia antigua se soltaban bandadas de esta ave como práctica supersticiosa para cultivar la buena suerte antes de las batallas y que les encanta dormir en olivares.

Las rapaces conviven en la Tierra con el resto de especies desde hace 80 millones de años y su presencia es imprescindible no solo para el control del nacimiento de otros animales como los topos o lo hurones, sino también para la polinización. El mayor peligro al que se exponen este tipo animal sigue siendo el humano, sólo en España el cambio climático y las redes de alta tensión están desplazando los flujos migratorios,en tiempo; cada vez más cortos y en ubicación; hacia zonas más septentrionales de Europa.

La actividad combina de manera magistral, la información científica para adultos con las anécdotas y nombres propios que acercarn a las rapaces alos más pequeños. No es de extrañar que albergue el premio al mejor espectáculo de 2015. Una de los asistentes, Paloma García corrobora que «hemos traído a los niños para que aprendan y se diviertan, además es una actividad relajante que no los duerme pero tampoco los altera».

La exhibición termina con una importante reflexión sobre la herencia ecológica que legaremos a nuestros descendientes. Estando de plena actualidad aquello que dijo el ingeniero forestal senegalés Baba Dioum en la Asamblea General de la Agrupación Internacional de Conservación de la Naturaleza celebrada en Nueva Deli en 1968: «Al final conservaremos sólo lo que amamos, amaremos sólo lo que entendamos y entenderemos sólo lo que nos hayan enseñado».

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