Gijón

El Muro recupera su segundo carril hacia el Piles, pero seguirá limitado a 30 por hora

Volvían los adelantamientos, la circulación en paralelo... Y también los giros de antaño. A los coches que se incorporan al Muro procedentes de Ezcurdia, ya nada les impide continuar en dirección hacia el Náutico al haber desaparecido la barrera que representaba para ellos el trazado ciclista ahora suprimido. Por su parte, el tráfico procedente de la glorieta del Piles que circula hacia el centro ya no tiene que pasar al otro lado de la mediana para girar a la izquierda en Menéndez Pelayo. El criticado 'scalextric' que había en este punto también ha desaparecido y el giro vuelve a realizarse, como antaño, desde un carril independiente que no interfiere con el tráfico en sentido contrario. En cualquier caso, al mediodía, mientras se completaba la señalización viaria, aún era necesaria la presencia de agentes de la Policía Local para regular el cruce.

Dejar en sentido hacia el Piles un único carril de circulación conllevó en su momento la limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora, como marcan para las vías de estas dimensiones tanto el Reglamento General de Circulación como la ordenanza de Movilidad -norma que sigue en vigor a la espera de que el Ayuntamiento retire el recurso contra las sentencias que la anulaban por defectos en la memoria económica-. Sin embargo recuperar el doble carril no se traducirá en la vuelta del límite a 50. Fuentes municipales señalan que por razones de «seguridad vial» el Muro se mantendrá como una zona 30, con la correspondiente señalización. De hecho, los ciclos de los semáforos están coordinados de modo que a una mayor velocidad sea más fácil encontrarse las luces en rojo.

Al cierre de esta edición estaba pendiente iniciar el asfaltado del último tramo de la calzada que, tras el fresado, aún quedaba por reponer, desde Manso hasta Marqués de Urquijo. Con él se completará la vuelta a la situación previa a la pandemia, incluido además el giro desde el Muro hacia Aquilino Hurlé. Los trabajos, al igual que ocurrió en los días previos, se programaron para un horario nocturno, con el fin de minimizar las molestias a los usuarios. Los principales perjudicados fueron los vecinos de la zona, algunos de los cuales trasladaron a EL COMERCIO su malestar por el ruido de las máquinas en su horario de descanso.