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O. SUÁREZ / I. GARCÍA
GIJÓN.
Lunes, 26 de diciembre 2022, 02:15
Los exámenes forenses realizados al cadáver localizado el viernes en el Cabo Peñas descartan que se trate de Sandra Bermejo. La autopsia habría encontrado evidencias que apuntan a que los restos no pertenecen a la joven madrileña afincada en Gijón, según ha podido saber ... EL COMERCIO. Queda ahora pendiente identificar el cadáver con las pruebas de ADN, que será cotejado con el de otras personas que constan como desaparecidas. Sí que ha quedado acreditado que se trata de una mujer joven, de entre 25 y 35 años.
La búsqueda de Sandra Bermejo sigue pues activa, si bien la Policía Nacional mantiene como principal hipótesis la desaparición voluntaria y que se encuentra en el mar Cantábrico.
Las labores de autopsia se efectuaron en presencia de agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil, pendientes de avisar a la familia de la joven de 32 años, quienes residen en Madrid como lo hacía ella hasta que decidiese abandonar la capital española a finales de 2020 e instalarse en el gijonés barrio de Pumarín, donde residió casi dos años. Sandra Bermejo desapareció el 8 de noviembre y, casi desde el comienzo, el operativo de búsqueda siempre se ha enfocado en las inmediaciones de Cabo Peñas, donde su coche apareció estacionado esa misma semana y donde su móvil la geolocalizó por última vez y a poca distancia de la zona en la que un pescador halló los restos humanos el pasado viernes.
«Es esperanzador, mientras no haya nada concluyente», valoró ayer el presidente de la organización SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, acerca de la información publicada por el diario EL COMERCIO de que los restos humanos hallados en Cabo Peñas no eran los de la joven psicoterapeuta. Amills reconoció que tanto su asociación como el entorno de la familia prefieren mantener la calma hasta que no se produzca ningún hallazgo definitivo. «La investigación tampoco arroja nada claro aún», añadió.
En las últimas semanas, los familiares de Sandra Bermejo y SOS Desaparecidos insistían en la hipótesis de que en la desaparición de la madrileña habían participado terceras personas, llegando a pedir incluso que se rastrease tierra adentro, no solo el entorno marítimo. Una postura que choca frontalmente con la línea en la que siempre se ha movido la Unidad de Delincuencia Especializada Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, quienes apuntaron desde el principio a que se trataría de una desaparición voluntaria.
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