«La muerte se produjo antes de tirarla al agua por múltiples golpes en la cabeza»

En la autopsia practicada al cadáver, que permaneció 21 días en el embalse de Arbón, apreciaron heridas defensivas «en las manos, signo de haber intentado repeler el ataque». El cuerpo de la mujer de 43 años apareció parcialmente mutilado «como consecuencia de la acción de los roedores y los animales» y, según los análisis practicados, Paz Fernández Borrego presentaba altos niveles de alcohol, 0,83 gramos por litro de sangre. El acusado, Javier Ledo, escuchó impasible el duro y pormenorizado relato de los dos médicos forenses ante el jurado popular encargado de juzgar al procesado en la Sección Octava de la Audiencia Provincial.

En la tercera sesión de la vista oral declararon numerosos allegados de la víctima: su madre, su hijo mayor, su expareja (padre de su hija pequeña), una de sus hermanas, un exnovio y un cliente con el que se había citado en Navia el 13 febrero de 2018, el día de su desaparición.

Sus allegados manifestaron que Paz «tenía una relación de pareja con Javier Ledo desde hacía meses», si bien ninguno de los declarantes dijo haber coincidido con él como pareja de la mujer, salvo encuentros casuales en establecimientos públicos. «Sabía que acudía con frecuencia a casa de mi hija, entraba, salía y a veces iban juntos en la autocaravana de ella», dijo la madre, visiblemente emocionada.

Por segundo día consecutivo, el magistado Luis Ortiz, presidente del tribunal, apercibió verbalmente a la hermana de la fallecida por su actitud en la sala después de que se levantase de entre el público para acompañar a la salida a la madre y realizase gestos desde su silla.

En la mañana de ayer intervino también como testigo una excompañera sentimental de Javier Ledo, con quien tiene un hijo de corta edad. La mujer aseguró que «era muy violento» y, asimismo, que había tenido varios juicios civiles y penales con él, por la pensión alimenticia del niño y por episodios de malos tratos y quebrantamientos de órdenes de alejamiento.

Con la jornada de ayer concluyen las pruebas testificales y periciales y se dará hoy lectura a las conclusiones de las partes. Será entonces cuando las acusaciones y las defensas puedan modificar sus calificaciones. La fiscalía solicitaba inicialmente quince años de cárcel por un delito de homicidio, al igual que la abogacía del Estado. Por su parte, las dos acusaciones particulares -ejercidas una por los dos hijos de la víctima y la otra por las hermanas y la madre- consideran que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato y solicitan una condena de 25 años de prisión.

Su defensa mantiene la libre absolución y de forma subsidiaria, si el jurado considera que tiene responsabilidad sobre lo ocurrido, pide que su cliente sea considerado autor de un delito de imprudencia muy grave y pide para él una condena de tres meses de prisión.

Será mañana cuando el jurado popular se reúna para deliberar sobre la participación del acusado en la muerte violenta de Paz Fernández Borrego. Deberán determinar si lo consideran culpable y de ser así, si creen que el episodio que acabó con el fallecimiento de la mujer y la ocultación del cadáver es un homicidio o un asesinato, como mantiene la familia.

En su declaración el primer día del juicio, Javier Ledo manifestó que la gijonesa se había precipitado accidentalmente por la escalera de su casa en Navia después de una discusión por dinero y que al ver que estaba muerta, se asustó por los asuntos judiciales pendientes y se deshizo del cadáver desde un puente al embalse.