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EVA FANJUL
GIJÓN.
Miércoles, 26 de febrero 2020, 00:44
«Seguimos amontonando pobreza y desigualdad», afirma Luis Torres, presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad. Según dice, esta preocupante situación constanta que «la crisis no ha desaparecido», que «no hay trabajo» y que «muchísima gente, más de la que vemos, no pasa ... de los 500 euros al mes». Esta es al menos la «dura realidad» que se observa desde la Cocina Económica de Gijón, por donde a diario se alimentan «entre 180 y 190 personas».
Ayer la entidad preparó un menú especial de antroxu para cerca de 250 personas. La mayoría de las raciones se sirvieron en el comedor de la calle Mieres y unas 24 se destinaron a los mayores que se alojan en la residencia de la entidad.
Por cuarto año consecutivo, la asociación de hosterlería y turismo Otea donó los ingredientes necesarios para esta comida especial. El presidente de Otea Gijón, Ricardo Álvarez, acompañado del concejal de Educación, Alberto Ferrao; y de la gerente de Divertia, Lara Martínez; visitaron por la mañana las instalaciones para saludar a los profesionales y voluntarios que a diariopreparan la comida en la Cocina Económica. Álvarez resaltó «la gran labor» de todas las personas que trabajan en la Cocina, «tanto empleados como voluntarios». Una labor que «visibiliza y da conciencia de lo que ocurre en otras realidades que muchas veces no vemos».
Desde primera hora de la mañana, la actividad en la cocina era intensa. Profesionales y voluntarios se repartían tareas y de manera coordinada iban sacando cocidos y planchas. El menú antroxero se compuso de pote asturiano, chuletas de Sajonia, tartas variadas, refrescos y vino. Además, se elaboró un potaje de verduras y filetes de pollo «para las peronas que no comen cerdo, como los musulmanes», explicó la cocinera de la entidad, Ani Bada. Además, cada comensal se lleva una bolsa bocadillo para la cena que ayer incluyó «un bollo preñao y un batido de cacao»
Junto a ella, afanado en atender la plancha se encontraba Gutiérrez. Este minero retirado de La Camocha lleva seis años colaborando con la Cocina Económica. «Vengo todos los días de la semana, menos los sábados. Estoy de diez de la mañana a una de la tarde y encantado, porque algo hay que hacer», señala. En el tiempo que lleva colaborando, asegura, «cada vez la cosa está peor, cada vez vienen más gente a comer».
También destaca que antes veías más gente con problemas de adicciones, ahora aumenta la gente normal, que no llega a fin de mes y, sobre todo, vemos muchas más mujeres», destaca.
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