Montse Martínez

Montse es voz, la voz que ha acompañado a generaciones de gijoneses y de asturianos a lo largo de varias décadas y desde diferentes puntos del dial. Pero para que esa voz y esa personalidad fueran compañía y sosiego, hubo una infancia en el centro de Gijón, días de playa por la mañana, y de juegos y paseos por el Muro por la tarde, horas de clases en el Santo Ángel y adolescencia bulliciosa debatiéndose entre las ganas de estudiar Biológicas, en consonancia con su pasión por la naturaleza, y la conveniencia de unos estudios que no la obligaran a salir de Gijón, lo que la llevó a hacer Empresariales, que tampoco era lo suyo y que dejó cuando ya estaba próximo el final de la carrera. Y aunque su madre la animaba a que hiciera oposiciones para entrar a trabajar en Telefónica, donde trabajaba ella, Montse no lo vio nunca claro y transitó por trabajos variados hasta que providencialmente alguien le dijo que se buscaban voces para la emisora que se abría en aquel momento, Radio Minuto, y allí se fue con la suya como tarjeta de presentación y sin imaginar hasta qué punto se abría ante ella un mundo de micrófonos y auriculares, que en lo sucesivo, y ya para siempre, sería el suyo.

En los ojos verdes de Montse hay un conjuro de serenidad que contradice el espíritu inquieto, la capacidad para estar en todas partes, probar mil cosas, conocer todas las iniciativas de asociaciones y grupos, y darle a todo ello cabida en un micrófono que ha sabido convertir en una ventana abierta a toda Asturias, y que contagia su buen humor desde los tiempos en que presentaba discos, cuando hacía informativos o cuando conducía, hasta hace apenas nada, sus programas. Testigo de las últimas décadas de la ciudad, se incorporó a la radio en los primeros ochenta y asistió desde la inolvidable sintonía de Radio Minuto a los cambios que se pusieron en marcha y que transformaron Gijón. Su voz se hizo cómplice y familiar de tantos oyentes, le permitió contar a diario la realidad, lo cotidiano y lo extraordinario, dibujar el mapa de las emociones colectivas, en Radio Mar, en Ser Gijón, en la Productora de Programas del Principado, en Radio Langreo, en la RPA... También la televisión le hizo guiños a su capacidad para la comunicación, incluso desde antes de que existiera la televisión local, en aquella primera experiencia de la Semana Negra en la que se montó un informativo que se emitía a diario durante el festival. Luego vino TLG, y Canal 10, con el programa 'Vecinos'. Y los premios. Y esa inmensa agenda donde se acumulan tantas iniciativas, tanta gente, tanta vida.

Aunque la voz de Montse Martínez haya dejado de ser compañía en la radio, en su vida se abren otros capítulos, los que tienen que ver con todo ese universo que la mantiene viva y con ganas de hacer cosas: la cocina, sus gatos, la música que descubrió como pasión y que la ha llevado a interpretar jazz y a formar parte de un coro de góspel, el piano, la escritura en la que hizo una incursión con Xixón en píldores, memoria de personajes, lugares e historias de la ciudad. Y ella misma es memoria y sonrisa, voz y entusiasmo en su pelo rojo, en el que por más que ahora esté corto, vive aún la muchacha de la larga melena rizada que le puso cadencia y compañía a tantas horas, a tanta vida.