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Martes, 2 de junio 2020, 00:38
Construir una estación intermodal exige sacrificios y entre ellos el estudio informativo del Ministerio de Transportes teme que sea necesario levantar una segunda terminal provisional, distinta a la existente en Sanz Crespo. Lo apunta tanto si se elige como ubicación para la futura estación Moreda como las cercanías al Museo del Ferrocarril.
El asunto se detalla al abordar las situaciones provisionales que acarrea el proyecto. En materia viaria tocaría modificar de nuevo la entrada de la ciudad. En la calle Carlos Marx «será necesario la demolición del actual paso superior». La avenida Juan Carlos I se desdoblará en un tramo de 600 metros que obliga a sustituir el tablero y las pilas del paso superior de la avenida Príncipe de Asturias. A su vez, en esta se pondrá una nueva glorieta y rehará uno de los ramales de salida.
Todo no se puede adecuar a la vez. El estudio propone una secuencia y desvíos de tráfico. Luego aborda los problemas para encajar el nuevo dibujo con la actual infraestructura ferroviaria.
Las obras «implican la afección sobre las vías actuales, tanto en ancho convencional como en métrico, que acceden a la actual estación provisional de Sanz Crespo». El tren necesita un nuevo pasillo ferroviario que vaya descendiendo en el terreno hasta conectar con el túnel del metrotrén, a 21 metros bajo tierra. El pasillo se abrirá con pantallas y hay una parte que se pueden avanzar manteniendo el actual tendido, pero «debido a la magnitud de las actuaciones contempladas en las obras de la nueva estación, no será posible ejecutar todos los trabajos sin que se vean afectadas las actuales vías».
Durante un tiempo se podría salvar el tráfico en Sanz Crespo en vía única primero, y luego tendiendo vías provisionales que rodeen las obras. Es algo temporal que «puede suponer que haya varios trazados para los desvíos dependiendo de la fase en la que se encuentran las obras».
En Moreda y el museo, la estación lleva al costado andenes de autobuses en suelo que ahora es en parte de la terminal de Sanz Crespo, lo que obliga a tirarla. Antes de dar ese paso, el estudio expone en dos ocasiones que «la demolición de la actual estación provisional de Sanz Crespo no podrá llevarse a cabo hasta que todas las circulaciones operen en la nueva estación provisional». Luego tocaría levantar los andenes del bus y después recuperar la calle Sanz Crespo original.
El estudio se limita a describir esa posible secuencia pero insiste en que serán los proyectos los que decidan y marquen plazos. La temporal, por ejemplo, no estaba en el estudio informativo de Moreda al que el Ministerio de Medio Ambiente dio permiso en 2006. Se anunció luego como idea para agilizar la estación intermodal. Su proyecto consideraba que se mantendría «un máximo de cinco años» y por eso admitió que «no siempre se cumplan» los condicionantes técnicos de seguridad y confort del ferrocarril.
El diseño del edificio se confió a Jerónimo Junquera, que lo hizo para «una vida útil aproximada de cuatro años». Recibió su primer tren en 2011 y aún le queda. Si se impone Moreda, la alcaldes estima que las obras podrían empezar alrededor de 2023 con un proyecto pendiente de actualizar que tendrá entre sus retos minimizar las afecciones ferroviarias vistas por el ministerio.
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