La militancia echa en falta más debate y participación

También echaron en falta más debate propiamente dicho, más confrontación de ideas y no tanto una presentación de ambos discursos. El tiempo, consideraba Gerardo Varela, «estaba muy ajustado y lógicamente los aspirantes tenían bastantes dificultades para plantear sus cuestiones. Dentro de sus posibilidades, ambos me parecieron muy correctos».

Pese a la rigidez del formato, el debate bastó, incluso, para que Miguel Alonso cambiara de opinión. Encontró «muy interesantes los dos proyectos de ciudad» y, aunque llegó pensando en dar su voto a un candidato, marchó decantándose por su oponente gracias a «su manera de argumentar y comunicarse».

No obstante, la mayoría llevaba una idea preconcebida que el debate reafirmó. «Mi favorito no me defraudó: aunque Floro no sea del partido, confío en que contribuya a su unión», apuntaba Rosa Menéndez. «Me pareció que Ana era mucho más natural hablando, miraba más al público, no hacía una lectura tan clara. Me transmitió más», comentaba otra militante. «Yo lo tengo clarísimo, votaré a Floro: va a meter mucho aire fresco al partido, que lo necesitamos. Es un hombre con carisma y que sabe conectar con la gente», decía, en el otro extremo, Marta Cora. Pilar Sánchez también se decantaba por Floro, quien «hizo propuestas mientras Ana solo habló de su experiencia».

Al contrario, Sandra García reflexionaba que «dio la sensación de que Floro no traía un discurso propio». Feli Fernández llevaba incluso una chapa de respaldo a la abogada: «Tengo claro a quién apoyo: una persona del partido, cercana a la gente y que sabe lo que es el socialismo y lo que necesita la ciudad». Pero María Jesús Lastra afirmaba sin dudas que avalará a Floro porque «por su trayectoria puede levantar Gijón».