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CLARA ARIAS
GIJÓN.
Miércoles, 10 de marzo 2021, 01:54
El anuncio de la inversión de un millón y medio de euros destinados a la renovación integral de la calle Calderón de la Barca, en El Coto, ha inyectado una buena dosis de ilusión entre los vecinos, aunque a algunos les cuesta dejar de ... lado el escepticismo acumuado por las demoras. En abril se fijará la fecha de inicio de la obra, que podría ser en septiembre, dependiendo de lo que se vote en el pleno de este mes. Tras largo tiempo de descontento y quejas, como la de que «la acera está a parches y la carretera igual», pueden empezar a mirar ahacia otro horizonte. La calle de Calderón de la Barca es «una zona por la que pasa mucho tráfico debido al instituto, por lo que su arreglo era una necesidad», explica Leire Arroyo, una de las vecinas.
«Hay un montón de agujeros y el asfalto está fatal», asegura Arroyo molesta. La opinión generalizada en el barrio es la de que la vía necesita un gran lavado de cara: desde las aceras a la calzada de los coches, pasando por repensar el arbolado con el que ornamentar esta vía pública.
El descontento está aún latente. Los baches, los parches de cemento, las baldosas levantadas, los socavones, cada rincón en mal estado suma incomodidad y desafecto entre los residentes de El Coto. «Se debería arreglar la calle entera, pero sobre todo el tramo que hay desde el colegio Calderón de la Barca hasta el centro comercial La Opción, que es justo donde pilla el instituto y donde más coches pasan y más tránsito hay», advierte Arroyo.
Para evidenciar su descontento por el abandono que a su entender sufría esta vía, los vecinos hace días que colgaron pañuelos rojos en sus ventanas. La idea de colocarlos tiene dos sentidos: llamar la atención y señalar los peligros. Según Juan Manuel Martínez, uno de los vecinos promotores de la iniciativa, hace quince días «se presentaron operarios del Ayuntamiento que empezaron a picar» con la intención de echar una capa de hormigón solamente en una parte de la acera. Este fue el hecho que suscitó la protesta de los pañuelos rojos en el barrio.
Pero no solo los vecinos sufren las contrariedades de una calle con baches y problemas. También los comercios se ven afectados. Es el caso de Daniel García, mecánico del Taller Autokevi: «Lo tienen abandonado desde hace un montón de años. Siempre están diciendo que para el año que viene lo reparan, para el año que viene lo arreglan y no llega nunca la reforma». Este trabajador se queja de que incluso han tenido que hacer arreglos en ciertas partes del vado que está «destrozado».
Otro de los problemas añadidos es que los tilos de Calderón de la Barca suelen soltar resina, «lo que trae mucha suciedad a las baldosas de la acera, así como a los coches que están aparcados». Estos árboles suelen florecer a finales de primavera y principios de verano y es cuando se agudiza el problema. Purificación García, otra vecina, advierte: «Lo primordial que tiene que arreglar es la propia acera.
Los planes de reforma integral en la calle son una apuesta por la tranquilidad y la salud de la vida social del barrio. Ahora queda esperar al día 24 a que se celebre el pleno y se pueda comenzar a pensar en el proyecto.
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