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ÓSCAR PANDIELLO
GIJÓN.
Sábado, 23 de diciembre 2017, 00:36
Más allá de los clásicos de siempre -hinchables, videojuegos o circuitos en miniatura-, la 45 edición de Mercaplana ha decidido dar un giro a su programa para mantener la frescura. Así, el medio ambiente, la sostenibilidad y el cuidado del entorno se han erigido como ... protagonistas de un salón navideño «de obligada asistencia para todos los gijoneses», tal y como subrayó la concejala de Educación y Cultura, Montserrat López, durante la inauguración.
Durante esta primera jornada, más tranquila a expensas de la afluencia masiva que se espera durante este fin de semana, el estand del Ayuntamiento abrió sus puertas transformado íntegramente en un bosque autóctono asturiano. En él, un carbayu parlante da la bienvenida al visitante y le explica la necesidad de cuidar de su entorno. En este mismo espacio se da cita un taller de plantación de robles y cerezos. Tras sembrarlos en una maceta, los visitantes podrán llevársela a casa para, posteriormente plantarlos en la Viesca la Olla (Deva) con motivo del Día Internacional de los Bosques, el 17 de marzo.
Otro de los focos de ocio medioambiental corre a cargo de Greenpeace. La ONG se ha instalado en salón de infancia para ofrecer juegos y talleres que tienen como objetivo «sensibilizar a los padres a través de los críos». En su espacio cuentan con un juego de la oca gigante en el que los niños tendrán que identificar animales en peligro de extinción, responder cuestiones básicas sobre el cambio climático y conocer el riesgo de las especies invasoras como el plumero de la pampa o la avispa asiática.
Junto a la entrada principal del recinto se podrá visitar, como en ediciones pasadas, una granja en miniatura donde las familias pueden encontrar cabras y gallinas y, de esta forma, generar cariño y conocimiento sobre en entorno rural. «A mí me encantaba de niña y ahora le toca a ella. La verdad es que la visita a Mercaplana es innegociable», sostiene entre risas Eva Castaño, que acudió junto a su hija Ainhoa.
Entre los múltiples talleres que se pueden encontrar en el recinto ferial, uno de los más concurrido por los niños fue el de cocina. «Es importante que los jóvenes aprendan sobre una alimentación variada y saludable, y aquí lo intentamos a través de juegos y práctica real», explica Carolina Junco, una de las profesoras del estand de Alimerka. Una de las pruebas más divertidas, explica es la cata a ciegas, donde los niños primero huelen, luego tocan y, finalmente, comen un producto con la vista tapada. «Así aprenden a apreciar todas las facetas del alimento mientras se divierten», concluye Junco.
De cara a los próximos días, en el pabellón central se darán cita las exhibiciones de la Unidad Canina -martes-, del Club Judo Asalia Beya -miércoles-, de la Fundación Transporte Sanitario de Asturias -jueves- y de los Bomberos -viernes-.
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