Nuria Bravo en la sede de la asociación de vecinos San Julián de Somió. PALOMA UCHA

«Como madre me impresionó mucho el rescate del niño Gonzalo en el Muelle»

Nuria Bravo, jefa de la base del Helimer, explicó a los vecinos de Somió su trabajo: «Lo mejor es ver la cara de alivio de los rescatados»

OLAYA SUÁREZ

GIJÓN.

Viernes, 17 de marzo 2023, 00:18

«¿Cuando vemos volar el helicóptero por encima de la playa vas entonces tu conduciendo?, ¿Os dan algún tipo de formación para no tener miedo? ¿Qué hacéis si hay una ciclogénesis?». Los vecinos de Somió quisieron ayer saciar toda la curiosidad que despertaba la ponente de la charla que se desarrolló en el local de la asociación vecinal. No era para menos. Nuria Bravo, comandante y jefa de la base del Helimer de Salvamento Marítimo les explicó el trabajo que hacen a diario en el rescate de personas en la mar. Y lo hizo con la naturalidad y el aplomo que solo puede tener aquella persona que se enfrenta a las más duras adversidades a los mandos de un helicóptero.

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Capitana del Ejército del Aire en excedencia, desde hace 16 años es piloto del helicóptero del Servicio de Salvamento Marítimo y desde hace aproximadamente uno, jefa de la base de Gijón.

«Nos dedicamos principalmente a rescatar a personas que se encuentran en apuros en el mar, en barcos, pero también en acantilados», dijo. Lo hace a los mandos de un helicóptero de última generación, «capaz de despegar en doce minutos y con capacidad para volar a una distancia de 350 kilómetros mar adentro». Explicó, ante la pregunta de una de las presentes sobre qué servicio le había impresionado más, que el que más le había «llegado» fue el de la búsqueda en 2011 del niño Gonzalo, cuya embarcación volcó en la bocana del Puerto Deportivo y estuvo desaparecido trece días. «Salíamos al amanecer y ya estaba allí la madre en el Muelle... Solo queríamos encontrar el cuerpo para dárselo, a mí, como madre, me impresionó mucho...», apuntó.

La mayor satisfacción, añadió, «es ver la cara de las personas rescatadas una vez que se sienten a salvo en el helicóptero, eso es lo que más valoro de mi trabajo, poder ayudar a los que están en apuros y para los que somos la última esperanza».

Rompiendo barreras

Nuria Bravo, ingresó en la Academia General del Aire en 1994 con la primera promoción de mujeres. Y fue también la primera piloto helicopterista del Ejército español. Participó en numerosas misiones extranjeras, entre ellas Afganistán, donde su unidad tenía la base. Con la llegada de la maternidad (tiene cuatro hijos) decidió pedir una excedencia para poder compatibilizar su vida familiar y laboral. «Elegimos Gijón para instalarnos hace ya 16 años y no nos hemos equivocado...», consideró ante sus vecinos de Somió, que quedaron fascinados por el trabajo que desempeña.

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