«El machismo se exhibe de forma obscena, incluso con apoyo político»
Carlos Lomas, profesor y formador ·
Invita al hombre a secundar el feminimso «para ser más humano». Esta tarde da una charla sobre la masculinidad en la Escuela de ComercioSecciones
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Carlos Lomas, profesor y formador ·
Invita al hombre a secundar el feminimso «para ser más humano». Esta tarde da una charla sobre la masculinidad en la Escuela de ComercioMARLA NIETO
GIJÓN.
Miércoles, 5 de febrero 2020, 01:17
Carlos Lomas (Gijón, 1956) es profesor de Secundaria y formador del profesorado en coeducación. Hoy dará la charla '¿Otra masculinidad es posible? Género y Educación' en el marco de los 'Encuentros CCOOeducativos', un programa de veinte horas dirigido a personal docente que les convalida por ... dos créditos válidos para sexenios y oposiciones. Será a las 17 horas, en la Escuela de Comercio, avalada por el Ateneo Obrero.
-¿Cómo está la sociedad en igualdad de género?
-En las sociedades democráticas, el feminismo ha adquirido una autoridad ética, una visibilidad mediática y un protagonismo político inimaginables hace un par de décadas. Pero el sexismo sigue vigente, de forma obvia o sutil, y el machismo se exhibe de forma obscena, incluso con apoyo político. Continúa habiendo feminicidios, violencias físicas y simbólicas contra las mujeres, homofobia y transfobia, brecha salarial... Se está avanzando, pero la desigualdad que se construye con el pretexto de la diferencia sexual sigue ahí a la vista.
-¿Qué habría que cambiar?
-No solo educa la escuela sino también, y sobre todo, la tribu. Es decir, la familia, el diluvio de internet, el grupo de iguales, la televisión... Educar no es solo instruir en el saber de las disciplinas escolares sino también enseñar a mirar el mundo de otras maneras de forma que esa mirada nos permita ejercer el derecho a imaginar y hacer otros mundos posibles. Una educación que nos anime a contribuir a que la sostenibilidad del planeta, la justicia social, la paz o la igualdad son deseables.
-En la práctica, ¿qué habría que hacer en los centros educativos?
-Cambiar los currículos a fondo y formar al profesorado de manera que esta mirada equitativa lo impregne todo. Por ejemplo, en las clases de Lengua y Literatura podemos hablar de las poetas de la generación del 27, de las 'sin sombrero', y de tantas escritoras a las que se ha ocultado. Y también iluminar la aportación de esos hombres invisibles que se han opuesto al guion normativo del patriarcado. Hombres que han luchado contra el racismo, a favor de la paz y de la justicia social, que cuidaron a sus hijos o a sus madres.
-¿Cuál sería el gran reto?
-Existe una idea extendida de que los hombres que simpatizan con el feminismo somos poco hombres. De ahí el dolor en las aulas y fuera de ellas de esos adolescentes que no se corresponden con el canon tradicional de la masculinidad: chicos sensibles, estudiosos, gays, trans, cercanos a los estilos y a los valores atribuidos convencionalmente a las mujeres. Sin embargo, ser hombre de esas maneras insurgentes requiere mucho más valor que adecuarse a ese modelo de hombre de verdad que hoy sigue siendo la referencia normativa de la mayoría..
-Sigue vigente entonces un modelo erróneo...
-Hay un imperativo sociocultural de tener que encajar en un perfil de hombre con vigor físico, tamaño notable de pene, con éxito con las mujeres, indiferente a los sentimientos y a las emociones y otros atributos que caracterizan a un 'macho'. Ese canon, casi siempre es inalcanzable, les convierte en personas con inseguridades. La masculinidad tradicional es violenta en primer lugar contra las mujeres pero también es perjudicial para la mayoría de los hombres. Fracaso escolar, analfabetismo funcional, muertes por conducción temeraria o por consumo de drogas, delincuencia, peleas... Por ello solidarizarse con el afán feminista de igualdad puede suponer para los hombres una oportunidad para que sean más felices o al menos más humanos.
-Sin embargo, ellos tienen la sensación de que les beneficia...
-Sí, en la medida en que les otorga privilegios pero a la vez les niega su derecho a ser más humanos. Más del 90% de la población encarcelada en el mundo es masculina. Sí, fueron muy machos pero están encarcelados.
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