Siempre ha estado sobre la mesa, pero en los últimos meses, con el edificio y su historia vestidos de pura actualidad, ha resurgido la iniciativa respecto a la creación de un museo sobre la Universidad Laboral. Un proyecto lanzado hace años por la asociación de ... antiguos alumnos y que, poco a poco, ha ido sumando apoyos por parte de expertos y conocedores del edificio. Una de las personas más volcadas en esta reclamación es Lucía Vallina-Victorero (Oviedo, 1995), una joven licenciada en Arquitectura, con un máster en Conservación del Patrimonio, que reivindica la necesidad de desarrollar un espacio en el que poner en valor la historia de este conjunto arquitectónico y de la institución que albergó.
-¿Por qué sería tan relevante que se crease un museo sobre el edificio?
-El origen y la función para la que fue creada la Universidad Laboral, como centro de estudio y acogida de muchos alumnos, están estrechamente relacionados con el edificio. Cuando alguien va a visitarlo, además de ver y comprender sus espacios creo que también debería poder ver la situación en la que estaba, con muebles originales y otros elementos que aún se conservan y que además son de alta calidad. Daría un poco más de contexto al edificio y contribuiría a fomentar las visitas.
-¿Cuál es el valor de la Universidad Laboral a nivel arquitectónico?
-Es un edificio bastante relevante. No solo por su tamaño -más grande que El Escorial-, sino también por estar diseñado por Luis Moya, un arquitecto bastante singular que en una época en la que se tendía hacia el racionalismo se mantuvo en el clasicismo y propuso un edificio de grandes dimensiones con pequeños puntos que hacen referencia al mundo clásico. Son bastante interesantes, como el atrio, los patios barrocos, los pórticos que unen la iglesia con el edificio... Son elementos que destacan.
-¿Cree que la ciudad le da al edificio la importancia que merece?
-Ha mejorado mucho con los años, sobre todo a partir de la rehabilitación que se hizo en el 2000 y que consiguió dotar de vida un edificio que estaba en ruinas. Por esa parte ha mejorado mucho. Pero hay algunos puntos que siguen inconclusos y partes que todavía están en estado de ruina, como pueden ser la zona del hotel o el espacio donde se podría organizar el museo.
-¿Qué porcentaje de la Laboral sigue abandonado?
-En torno a un 20% o un 30% está en situación de abandono.
-¿Y qué cree que falta para lograr abrir ese museo?
-Una mezcla de iniciativa pública y privada. El espacio está. Y de hecho, según tengo entendido, en la parte que está en ruinas se conservan piezas y parte del mobiliario antiguo que se podrían restaurar. La asociación de antiguos alumnos también tiene muchísimo material que podría ser claramente explotado. La verdad es que no sé el motivo exacto por el que todavía no se ha llevado a cabo. No sería muy complicado.
-¿Necesitaría mucha inversión?
-No. El material que lo conformaría existe y se conserva. Quedaría saber en qué estado se encuentra la zona en la que se quiere hacer.
Bóveda de la iglesia
-El Principado prevé rehabilitar la bóveda de la iglesia. ¿Cuál es su valor?
-Es un elemento bastante singular, propio de la arquitectura de Luis Moya. Él trabajó esa idea de cúpulas con planta elíptica, realizadas con bóvedas tabicadas con nervios de ladrillo en forma estrellada. Es un elemento constructivo que resulta muy atractivo incluso en el propio acceso al espacio y que está en un estado de conservación mejorable. Es uno de los puntos importantes en las visitas turísticas.
-Con su postulación como Patrimonio de la Humanidad, hubo un amplio debate en torno al pasado del edificio y el momento histórico en el que fue concebido, en plena dictadura franquista. ¿Qué opinión le merece?
-Yo creo que es un equipamiento que está en una zona de la ciudad muy bien conectada, que tiene muchos usos y una vida que va complejizándose al margen de la situación inicial en la que fue propuesto. El edificio se creó en la época en la que se creó, pero ahora tiene unos usos y una vida que van muy al margen de esa situación inicial y que hacen que funcione.
-¿Cuál sería, a nivel arquitectónico, el futuro ideal de la Universidad Laboral?
-Para mí el futuro ideal sería completar su ocupación y que no hubiera ninguna pieza en ruinas. Lo que hace que los edificios antiguos perduren es que se les dé un uso y que funcionen, para que la ciudadanía los vuelva a acoger. Hay que evitar que existan zonas abandonadas e intentar que siga funcionando como lo ha hecho hasta ahora.