Asenjo deja el PP, sigue como concejal y anuncia una batalla judicial

El grupo popular, por tanto, pasa a contar con solo dos miembros -Ángela Pumariega y Ángeles Fernández-Ahúja-, que es su menor tamaño desde que en el mandato 1979-1983 tuvo como único concejal a Francisco Álvarez-Cascos. Y en la Corporación habrá ocho voces diferentes, si bien López-Asenjo no formará parte de la junta de portavoces.

«Sigo creyendo en el proyecto del PP, mis desavenencias son con su estructura local», remarcó el concejal al anunciar su baja del partido, un paso que justificó en la intención de iniciar acciones contra el presidente del PP de Gijón, Pablo González, «en defensa de mi honor y mi credibilidad». Aseguró al respecto que «no quiero perjudicar al PP», partido cuya candidatura encabezó en 2019 «como independiente» pero al que se acabó afiliando ese mismo año. Añadió que aunque «la fórmula fácil habría sido abandonar», continuará «como concejal raso» por respeto «a los 3.800 votos más que obtuvimos con respecto a los comicios de 2015 y a todos los gijoneses que nos exigen soluciones y porque aquí debemos venir a dar lo mejor de nosotros».

El concejal se refirió a la junta local del partido celebrada el pasado 13 de septiembre, dos días antes de ser relegado de la portavocía, como «un juicio sumarísimo en el que me acusaron de asuntos que considero muy graves». El principal, «haber maquinado contra el presidente local» en relación con las cuentas del anterior grupo municipal. «Lo único que he hecho durante el último año y medio fue defender al partido. Y todo se llevó de manera discreta hasta el desembarco del señor González, que coincidió con visitas a la Alcaldía, a concejales...».

López-Asenjo recordó que desde que es portavoz ha recibido desde la Intervención municipal al menos tres requerimientos de documentación referentes a los gastos del grupo durante el pasado mandato. «Y lo que hice fue, como me corresponde, ponerlo en conocimiento de la dirección regional en cuatro ocasiones y de la nacional en otras dos, advirtiendo de las posibles consecuencias. Siempre lo hice velando por el buen nombre y la imagen del PP». Añadió que «cuando la Intervención está detectando inconsistencias o irregularidades, se supone que no se están atendiendo adecuadamente sus peticiones».

También criticó que en esa junta se hiciera referencia a encuestas electorales que vaticinan un crecimiento de tres a seis concejales «pero sin embargo hacen valoraciones interesadas en contra de este portavoz», remarcando la existencia de «vínculos personales» entre los autores de los sondeos «y responsables locales del partido». Replicó a las acusaciones de «opacidad» asegurando que todas las cuentas del grupo municipal son públicas y negó estar incumpliendo los acuerdos con el partido en lo que respecta a aportaciones económicas.

Frente a todas esas acusaciones anunció que ha encargado al abogado Javier Díaz Dapena el inicio de acciones contra el presidente local, para lo que se explorarán «las vías jurídicas que sean necesarias». Y consideró que pese a todo lo ocurrido estas últimas semanas, incluida su baja como portavoz, hasta ahora había demostrado «una paciencia más que notable». Pero se le ha agotado tras el anuncio de Pablo González de que el PP podría apoyar el contenido del nuevo convenio del plan de vías. «Ante esa decisión no puedo permanecer indiferente. Porque mientras a mí se me ha acusado de hacer una oposición blanda, el presidente se descuelga ahora con un anuncio que supone un giro estratégico, entregándose a los postulados del equipo de gobierno sin que estén claros los mecanismos de financiación». Añadió que ni siquiera fue consultado sobre ello, a pesar de ser miembro del consejo de administración de Gijón al Norte.

Aseguró que trabajará como no adscrito «sin deshonra ni complejos» y lamentó que el PP «reincida en estas guerras cainitas y apetitos y luchas por el poder sin ni siquiera haberlo podido alcanzar».