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MARCO MENÉNDEZIVÁN VILLAR
GIJÓN.
Jueves, 1 de diciembre 2022, 00:44
La alcaldesa de Gijón, Ana González, celebró ayer el que será su último debate sobre el estado del municipio. Ella misma lo recordó al ... inicio de su intervención, en la que hizo un pormenorizado repaso a los logros conseguidos por su equipo de gobierno y también aquellos objetivos que no se alcanzaron. Mostró su inquietud por los enfrentamientos cada vez más generalizados que se producen en la política, en general, en los que se «sustituye el debate por la confrontación, los argumentos por las arremetidas, la convivencia por la afrenta continua». Pero también sufridos en su propia persona. Apuntó que el equipo de gobierno «ha visto cómo, desde postulados arraigados fuertemente en el franquismo, el neoliberalismo o el casquismo, porque en este último caso el hijo no ha terminado de matar al padre, o desde principios que emanan de una rara mezcla entre un ecologismo no siempre bien entendido, la teoría 'queer' y la contraposición 'arriba-abajo' calificaran de sectaria a esta alcaldesa que tenía detrás el respaldo de más de 46.000 gijonesas y gijoneses, bastantes más de los que respaldan, a día de hoy, a sus formaciones respectivas». Es más, la regidora ahondó en la misma idea en el sentido de que «si esas acusaciones de sectaria provienen del hecho de pensar como pienso, de ser como soy y de dar cumplimiento a un programa electoral y a un acuerdo de gobierno que, a pesar de las circunstancias, hemos intentado cumplir hasta la última coma, pues miren, reconozco que, a fin de cuentas, tengo que darles la razón».
En su repaso de situación, también tuvo palabras para la Agrupación Socialista de Gijón. Recordó que había manifestado su intención de presentarse a las elecciones del próximo año, pero «mi propio partido ha preferido relegarme en beneficio de otra persona a la que considera más apropiada para dirigir los destinos de esta ciudad». Esta circunstancia no fue obviada por algunos de los partidos de la oposición, como fue el caso del edil no adscrito, Alberto López-Asenjo, quien aludió a «problemas de convivencia», o el portavoz de Vox, Eladio de la Concha, quien dijo que la no repetición de la alcaldesa es «porque la ciudad de Gijón lo ha querido. El Partido Socialista solo hizo pulsar la opinión pública y han puesto sobre sus espaldas la responsabilidad de todos los políticos socialistas» y la consideró «un chivo expiatorio». También se refirió a ello el portavoz de Foro, Jesús Martínez Salvador, quien reiteró la idea de que «su actitud en el gobierno es lo que ha hecho que su partido la releve y le impida repetir. Eso y, probablemente también, por qué no de decirlo, que no es usted manejable».
Durante su discurso de apertura del debate, que duró algo más de 50 minutos, habló desde la tauromaquia hasta el 'cascayu', pasando por un reglamento de laicidad que «solo busca garantizar el derecho de toda persona a libertad de culto». Pero si algo quiso puntualizar en un debate que no analizó solo el último año sino todo el mandato fue la pandemia sanitaria, que «retrasó nuestros planes pero no los anuló. Por el contrario, hizo que en cuanto pudimos dar lo más grave y acuciante de la situación por superado, se reanudaran con más fuerza y más». Y en el trabajo de estos años defendió la labor realizada por los ediles de su equipo de gobierno, a quienes agradeció «vuestra confianza, comprensión y apoyo. También gracias por aguantarme en algunos momentos». Recordó que para la mayoría de ediles socialistas «era vuestra primera experiencia de política institucional, de gestión», que si bien es una gran responsabilidad y un trabajo complejo y difícil, «merece mucho la pena». Además, aseguró que «lo habéis hecho bien, aunque querríamos haber hecho más y mejor».
Y también agradeció al resto de concejales, pues, «con nuestras diferencias, desde nuestras ideologías, personalidades y caracteres, les agradezco su sincera dedicación a Gijón y les deseo que corran con paso ágil, ligero y alegre los caminos que emprendan».
Las opiniones de los grupos
No era su despedida del pleno municipal, pero así parecía por momentos en su discurso. Ana González ya habló en pasado cuando dijo que «ocupar en este tiempo la Alcaldía de Gijón ha supuesto un honor inmenso y un reto considerable. Pero también, y sobre todo, un trabajo continuado para el que no alcanzo a hallar adjetivos, puesto que nos ha permitido esforzarnos, me ha permitido esforzarme, para mejorar la vida de los vecinos del concejo». Tras recordar que algunas personas nacieron en Gijón, «otras nos hemos asentado» y algunos residen en concejos cercanos, apuntó que sobre el municipio que «en cuyas fortalezas y porvenir creo firmemente, como manifesté en mi discurso de investidura y como reitero ahora que celebro mi último debate del estado de municipio como máxima representante de este Ayuntamiento».
Todo fueron buenas palabras para una ciudad cuyos designios dejará de gobernar a partir de las próximas elecciones municipales: «Fui testigo privilegiado de la entereza, la altura de miras y la valentía con que los gijoneses afrontaron las consecuencias de la pandemia, en lo que fue una de las situaciones más difíciles que la ciudad ha tenido que afrontar desde la llegada de la democracia».
Ciudad solidaria, empática, resiliente y digna fueron algunos de los calificativos que Ana González dedicó a un Gijón que «podemos decir si hoy se encuentra en marcha, con sus motores a pleno rendimiento, se debe en buena medida al éxito de las políticas impulsadas entonces».
Para Gijón es fundamental que se aprueben los presupuestos municipales para el año que viene. Así lo dejó claro ayer la alcaldesa en el debate del estado del municipio. Aseguró que «tengan claro que nuestro objetivo es aprobar un presupuesto, porque es absolutamente necesario para Gijón». Eso sí, también quiso puntualizar durante su intervención que no será Podemos-Equo el grupo municipal preferente en las negociaciones, sino que hay muchas alternativas.
Y lo dijo después de no haber podido concretar la instauración de un Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) diferenciado, el conocido como IBI para ricos. Los socialistas habían planteado una propuesta a los morados, pero «no podemos esperar 'ad infinitum' la respuesta», indicó la regidora, quien apuntó que «queremos una ciudad más verde, con justicia social e igualdad. Pero también vamos a trabajar con más grupos para aprobar el presupuesto. Nos está costando, pero lo vamos a negociar».
La necesidad de alcanzar un acuerdo en esta materia también fue puesta de manifiesto por el concejal de Movilidad y portavoz de Izquierda Unida, Aurelio Martín, quien dijo que «Gijón necesita un presupuesto y acordarlo en el Congreso de los Diputados no puede ser más sencillo que hacerlo en la plaza Mayor».
Está claro que hubo críticas por parte de la oposición, como en el caso de Eladio de la Concha, portavoz de Vox, quien aseguró que «las cuentas no cuadran» y lo achacó a la «pésima situación económica» del Ayuntamiento de Gijón, con «un aumento del gasto por los intereses de una deuda que se multiplica por siete».
Sí obtuvo la alcaldesa el ofrecimiento de Ciudadanos y Podemos-Equo Xixón para llegar a un acuerdo en materia presupuestaria. El portavoz de los primeros, José Carlos Fernández Sarasola, resaltó la importancia de que haya cuentas municipales el próximo ejercicio, por lo que se mostró «abierto al diálogo». Eso sí, defendió una «reforma en profundidad» de las cuentas debido al incremento del gasto corriente.
Por su lado, Laura Tuero, portavoz de Podemos-Equo, pidió «unos presupuestos decentes que estén a la altura de lo que merecemos». Por eso, apuntó que «le tendemos la mano, señora González». En opinión de Tuero, «es la última oportunidad para llegar a acuerdos y realizar políticas valientes que transformen la ciudad». Es más, pidió hacer «acuerdos progresistas». «Aquí nos tiene», sentenció la portavoz morada y verde.
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