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OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Sábado, 26 de enero 2019, 02:13
La parroquia de Somió se ha visto afectada esta semana por una nueva oleada de robos en chalés. Los delincuentes asaltaron, al menos, dos viviendas unifamiliares durante la noche del martes. En ambos casos las casas estaban vacías. Consiguieron acceder desmontando puertas o ventanas ... y una vez dentro registraron todas estancias en busca de joyas, dinero y pequeños aparatos electrónicos.
La principal vía de investigación que sigue la Policía Nacional es que los robos son obra de miembros de una banda itinerante especializada en este tipo de asaltos que se desplazan entre comunidades autónomas cometiendo los golpes en un corto espacio de tiempo antes de huir a otra zona a continuar su periplo delincuencial.
Ante la posibilidad de que aún se encuentren en el concejo, las fuerzas de seguridad han desplegado un amplio dispositivo de vigilancia en el que participan la Guardia Civil, la Policía Local y la Policía Nacional. Se revisan vehículos, conductores y ocupantes en las entradas y salidas de la ciudad y en las parroquias de la zona rural más cercanas al núcleo rural, uno de los objetivos prioritarios de las bandas organizadas.
Los agentes tratan ahora de averiguar si lo ocurrido en Somió está relacionado con la situación que vivieron los moradores de varias casas de Castiello, donde de madrugada escucharon cómo llamaban a los telefonillos de los portones. A continuación, en cuanto se percataron de que las viviendas no estaban vacías, huyeron a gran velocidad en un vehículo con las luces apagadas para evitar identificar el modelo del coche o algún dato revelador.
Los nuevos robos en chalés se producen apenas cinco meses después de que la Guardia Civil detuviese in fraganti a dos ciudadanos de origen rumano que entraron en casas habitadas, la mayoría pertenecientes a lagareros de Fano y las parroquias maliayas, maniataron a los propietarios y llegaron a golpearles y a retenerles durante una hora mientras registraban exhaustivamente cada una de las habitaciones. Fueron interceptados tras una peligrosa persecución por la autovía del Cantábrico en la que otros compinches consiguieron huir. Los dos arrestados permanecen en prisión a la espera de juicio.
Más recientemente, a finales de diciembre, la Policía Nacional detuvo a tres hombres de origen colombiano en un edificio de El Bibio en el que habían robado en uno de los pisos y lo habían intentado en otro. Se les imputan otros robos con el mismo procedimiento perpetrados semanas antes en la zona centro y en el barrio de Viesques. Desmontaban las cerraduras de las puertas de entrada con herramientas y tenían como objetivo principal joyas y dinero. Como los atracadores de los lagareros, también permanecen en el centro penitenciario hasta que se celebre el juicio.
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