El Juzgado de Violencia sobre la Mujer recibe 1.135 denuncias de maltrato al año

Un gijonés fue condenado el año pasado por maltrato. La Fiscalía pudo probar que el acusado vertió una botella de sidra por la cabeza de la que era su pareja a la que, además, tiró de la silla de ruedas que ella necesita para desplazarse. Otro ha sido ingresado en Villabona. El ministerio fiscal logró demostrar que él era el autor de un ataque con martillo sobre su mujer. Con ese arma le golpeó repetidamente en la cabeza. Ella logró sobrevivir. Incluso tuvo la fuerza suficiente para participar en el acto reivindicativo que Gijón, como la mayoría de ciudades, celebra cada 25 de noviembre.

2016 no fue un buen año para la lucha contra la violencia de género en Gijón. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón tramitó un 15% más de casos que el año anterior. Fueron 1.135 las denuncias por malos tratos presentadas, frente a las 990 de 2015. El volumen de trabajo registrado en el tribunal gijonés duplica al de Oviedo. En el homólogo especializado de la capital también se recibieron más denuncias, un 6%, pero quedaron en 540.

Así lo refleja la memoria de la Fiscalía Superior del Principado. En el apartado de violencia de género, la ejercida sobre la mujer por el mero hecho de serlo, la fiscal delegada, Eugenia Prendes, da cuenta de los casos tramitados en los dos únicos juzgados especiales de la región, los ubicados en Oviedo y en Gijón. Mientras el de la capital recibió «540 denuncias, frente a las 508 del año pasado», el de Gijón llegó a «1.135, frente a las 990 del año anterior».

Un volumen el gijonés que implica el crecimiento del 15% en el número de casos de maltrato. Porque, como explica la fiscal delegada, «de todas las denuncias formuladas en Gijón, 567 lo fueron por malos tratos físicos, 211 por malos tratos psíquicos y 27 por actos de agresión que generaron lesiones que precisaron de tratamiento médico o quirúrgico tras la asistencia médica inicial».

Pero la fiscal no solo enumera, también apunta los problemas que encuentra para el desarrollo de su trabajo. Uno de ellos es lo escaso del testimonio de las familias de las víctimas. «Vuelve a ser significativamente baja la cifra de denuncias presentadas directamente por los familiares de la víctima. Solo constan diez casos en Gijón y once en Oviedo y ninguna en sede judicial».

En opinión de Prendes, experta en la materia e integrante del Observatorio contra la Violencia de Género en Asturias, «la falta de denuncias de familiares unidas al hecho de que, en la tramitación de los asuntos, en no pocas ocasiones los familiares de la víctima sí comparecen como testigos del maltrato, nos sitúa ante la complejidad del problema y la dificultad de su persecución».

Para ella, los datos «aconsejan insistir en la necesidad de la colaboración y del compromiso personal de quienes rodean a la víctima y pueden ser conocedores de la situación de maltrato existente».

Además de reiterar su petición para que Gijón cuente, entre los juzgados de lo Penal, con alguno especializado en Violencia sobre la Mujer, «como ocurre con el de Penal 4 de Oviedo», Prendes muestra su discrepancia en cuanto a la interpretación de criterios legales con el Juzgado de lo Penal número 3 de Gijón.

«Sigue manteniendo en algunas de sus sentencias, tal y como se apuntó en los informes de 2013, 2014 y 2015, un criterio en la interpretación y aplicación del artículo 153.1 del Código Penal en materia de violencia sobre la mujer en el que no califica de delito de lesiones o maltrato cuando se realiza en el marco de una riña mutua y con recíproca agresión de los dos miembros de la pareja». Para la fiscal, ese criterio «ha sido recurrido y estimado por la Audiencia».