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El martes fue juzgado por provocar lesiones graves a una paciente a la que recetó dióxido de cloro. Y este miércoles, I. F. A. se volvió a sentar en el banquillo de acusados por un delito de intrusismo profesional por el cual la fiscalía solicita para él una condena de nueve meses de prisión. «Realizaba actividades médicas, disponer de la titulación, en un centro de fisioterapia» de la calle Infiesto, según señala el ministerio fiscal, que ejerce la acusación tras la inspección de la Consejería de Salud. Se anunciaba como especialista en medicina integrativa.
«Tenía una sala donde, como autónomo, recibía a los clientes que acudían a su consulta, a los que prescribía tratamientos de probióticos y similares, nunca medicamentos. Para ello vestía una bata blanca, ejerciendo labores de tipo sanitario, sin poseer título alguno que le capacitara para desempeñar tal actividad», abunda la fiscalía.
Se amparaba en que «poseía el título de diplomado de aprovechamiento de estudios superiores de experto en biofotónica, expedido por la Universidad Europea del Atlántico, si bien este título, según el Colegio Oficial de Médicos de Asturias, no faculta a su poseedor para realizar ningún tipo de actividad sanitaria dirigida a la promoción y el mantenimiento de la salud y, mucho menos, para anunciarse como médico integrativo». El acusado realizaba «actividades propias de los licenciados en medicina sin disponer de esa titulación, como la realización de diagnósticos y la indicación de tratamientos».
Al igual que hizo durante el juicio del día anterior por las lesiones que le causó a la paciente tras pautarle una sustancia prohibida, negó ejercer funciones médicas y declaró que únicamente «recomendaba a los clientes que tomasen probióticos y multivitaminícos».
El acusado, se publicitaba hasta ayer en la web de un centro de Oviedo en el que trabaja actualmente como diplomado en psiconeuroinmunología, experto en nutrición celular activa, terapia sistémica y en «fitoterapia con evidencia científica». Su ficha fue retirada de internet. Espera dos sentencias: una por lesiones y la otra por intrusismo.
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