«Le entregué 5.500 euros para la compra del piso y me estuvo dando largas para escriturar. El piso ya se lo habían vendido a otros»

Manuel C. P., que trabajaba para la agencia Inmogestión, afronta una condena de dos años de cárcel por un delito de estafa. El piso de la calle Cuba, en La Calzada, para el que hizo el contrato de arras, ya estaba presuntamente vendido a otros compradores. En el relato que aportó ante el tribunal apuntó vio «un piso anunciado en Idealista y llamé a los propietarios para ayudarles en la venta; en este oficio se hace mucho, llevas un cliente y luego repartimos el dinero». El problema llegó cuando entregó un contrato de arras a la compradora y recibió los 5.500 euros por el piso que ya había sido vendido a otras personas. Para ese contrato, supuestamente, utilizó sellos de otra inmobiliaria. «No estaba ni autorizado a usarlo ni desautorizado, había confianza y el dueño era amigo mío», se defendió. Está acusado de estafa y de falsedad en documento privado.