«La docencia 'online' tiene un precio muy alto y ese precio lo paga el alumno»

-Accidentado inicio de curso. El pasado viernes el coche eléctrico con el que el equipo Uniovi eTech participó en agosto en el Formula Student fue pasto de las llamas. ¿Cómo lo encajaron ellos?

-Están un poco bajos, porque ya trabajaban pensando en la próxima competición. Pero son un equipo buenísimo, de gente inquieta y muy trabajadora y la gente así sabe reponerse de los golpes.

-Por lo demás, ¿listo el engranaje de la EPI para afrontar este curso en 'escenario verde'?

-Sí, no es un escenario en el que todo esté permitido ni mucho menos, pero es relativamente fácil. Con los espacios que tenemos, nos permite una docencia presencial sin problemas, siempre que la gente sea responsable.

-En la práctica, ¿cómo se va a funcionar?

-Lo que se trata de mantener es lo que se llama la distancia de examen en las aulas. Es algo que aquí se podrá cumplir prácticamente siempre. Se trata de dejar un puesto libre entre dos ocupados.

-¿Le satisface recuperar la presencialidad en la docencia?

-Todo tiene su parte buena y su parte mala. Pasar a la docencia 'online' tuvo en su momento su punto de reto. Supuso mucho trabajo y en general quedamos satisfechos del trabajo hecho. Pero desde el punto de vista de la docencia tiene un precio bastante alto y ese lo pagan los alumnos.

-De lo aplicado durante la pandemia, ¿quedará algo?

-No es un marco al que queramos volver pero sí, quedarán cosas. Y otras que habrá que aprovechar porque se demostraron positivas.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo las tutorías. Tradicionalmente, la participación de los alumnos en ellas fue siempre baja y el modelo 'online' la aumentó considerablemente. Creo que eso perdurará. Permite una interacción con el alumno más personal y de una forma más sencilla. Y la participación del profesorado en la elaboración de medios, contenidos, con determinadas herramientas... Ahí hay un aprendizaje que no va a caer en saco roto. Convendría reflexionar si conviene incorporar de forma permanente en nuestro modelo educativo esas cosas buenas.

-Pero, decía, la docencia no presencial tiene cosas malas...

-De siempre, la docencia 'online' conlleva un fracaso mayor de los alumnos. Porque es más fácil perder la disciplina, desconectarse... Eso no quiere decir que el modelo 'online' no sea válido. Tiene mucho sentido en algunos casos, como en la formación permanente. Y, es mi opinión, pero creo que vamos a ir hacia una cierta reducción de la presencialidad. No sería ninguna aberración que en el futuro los créditos de clase tuvieran una parte presencial más reducida. Hablo de reducción, no de anulación, porque la salsa, el espíritu, va a seguir estando en la propia presencialidad, que es el campo donde tenemos que hacernos fuertes y algo insustituible.

-La novedad de este curso, el grado de Ciencia e Ingeniería de Datos, ya se planteó de hecho como semipresencial.

-No es la única novedad. También es importante que este año los alumnos del grado de Organización Industrial comienzan la parte específica de la carrera tras los dos primeros años comunes. Es la primera vez que se pone en marcha y eso también lleva un cuidado especial.

-El de Datos, al ser un grado inédito, que además de en la EPI solo se imparte en otros cinco centros en España, ¿supone un hito?

-El ámbito de la digitalización, con el que está relacionado, es muy estratégico. Este grado es importante para esta escuela, para tener una posición estable en el futuro. Interesa que salga bien porque puede marcar un camino para otros grados, por ejemplo en esa reducción de presencialidad que comentaba o en el programa de prácticas en empresas desde el primer año, algo que es nuevo.

-¿La aspiración es ofertar dobles grados a partir de esta titulación?

-Sí, de hecho el grado se diseñó desde el principio para que se pudieran establecer dobles titulaciones, sin coste añadido. No veo ningún inconveniente para hacerlo.

-¿Ingeniería Biomédica sigue estando en el punto de mira?

-Consideramos que la oportunidad está en estudios de máster. Supone la necesaria implicación de Medicina, la EPI y probablemente Biología. Y, al ser tan multidisciplinar, si no hay un liderazgo institucional para llevarlo a cabo es difícil que las partes se impliquen a fondo.

-¿Qué tal las relaciones con el actual equipo rectoral?

-Las relaciones son muy fluidas. No es que coincidamos en todo, como es lógico, pero tenemos una relación muy cordial.

-¿Ya ha asumido que el Instituto de Inteligencia Artificial irá al campus de Mieres?

-Este tema no pasó todavía por los órganos de gobierno de la Universidad. En la oportunidad que tenga, defenderé mi posición. Creo que es obligado exponer mis argumentos. Y luego quien tenga que decidir que decida.

-El campus de Gijón sigue esperando por la residencia. La iniciativa ha vuelto a manos de la Universidad. ¿Será la definitiva?

-Ver que aquí seguimos sin ella y que en Oviedo acaba de abrir otra más... No diría que provoca envidia, pero sí resignación. En cualquier caso, es positivo ver que empresarialmente hay interés por estos alojamientos. Nos hace ser optimistas.

-En marzo, en un discurso ante el rector y la alcaldesa, insistía en que se les tuviera en cuenta en el proyecto de ampliación del Parque Científico y Tecnológico.

-En un entorno cada vez más competitivo, la particularidad de estar al lado del Parque Científico es una oportunidad que no se puede dejar pasar. Hay que buscar una mejor integración del campus y el parque, que tal y como está configurado ahora no es muy científico. Sería un elemento muy diferenciador.