PALOMA UCHA

José Luis García Nicieza

Presidente de la asociación de vecinos de Veriña. Es Maestro Electricista y después de algún tiempo como secretario accedió a la presidencia de la entidad vecinal hace dos años

Domingo, 1 de diciembre 2024, 01:00

Era el año del gran paso para la humanidad que llegaba a la inalcanzable luna, y fue un gran año también en casa de los padres de José Luis García Nicieza. En 1969 llegó al mundo el mayor de sus hijos, un niño de ... carácter abierto y de natural afable que iba a ir construyendo una personalidad generosa y empática, una capacidad para explorar aquello que le rodeaba y entender que para descifrar el secreto de las cosas solo es necesario saber mirar y saber escuchar.

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En ese territorio de la infancia, la única patria a la que realmente pertenecemos, José Luis García Nicieza aprendió muy pronto los resortes de la comunicación, cuando la calle era el escenario de los encuentros, los pactos y las trastadas, y el colegio de doña Ana María, en la misma calle Boal, en La Calzada, la primera referencia del conocimiento y las normas. También en la infancia conoció el olor de la felicidad, que se sustanciaba en las mañanas de verano en que desde la cama llegaban los efluvios de la tortilla de patata y los filetes empanados preparados por su madre en la cocina que presagiaban un día de playa, y la espuma, las olas y la arena escribiendo la memoria de un tiempo en el que solo cabía el sol de los días felices.

Tal vez por todo eso el carácter de ahora y tal vez de todo eso, esa capacidad que lo lleva a encontrar la fuerza suficiente para trabajar por los demás. Inconfundible con su barba y su rostro de buena gente, le brilla en la mirada aún la convicción de que es absolutamente necesario establecer vínculos, compartir esfuerzos, reivindicar lo necesario para que la vida mejore y ni el tiempo ni las muchas dificultades han conseguido espantar esa certeza y esa voluntad. Además, para que sea quien ahora es, también ha jugado un papel fundamental la figura de su padre, su proximidad, el ejemplo, la capacidad para el diálogo que siempre ha admirado en él. Ha seguido profesionalmente sus pasos, y se formó en el Revillagigedo para después entrar a trabajar en lo que ahora es ArcelorMIttal donde sigue trabajando actualmente.

Militante en el buen humor, la cordialidad y la capacidad para entender y hacer suyas las preocupaciones de la gente, se trasladó a vivir a Veriña en el año 2000 ya con su propia familia y sin más interés que aportar su tiempo y su esfuerzo para trabajar por el bien común, entró a formar parte de la Asociación Vecinal y su carácter, su conciencia y el reconocimiento, lo llevaron a convertirse primero en secretario y más tarde, desde 2022, en presidente.

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En una parroquia con una amplia resonancia rural como es Veriña los problemas (y gordos) tienen como apellido la contaminación. Un entorno profundamente marcado por la naturaleza se ha visto sacudido por la maldición de un aire con altísimas cotas de polución, por la catástrofe que eso genera en el agua y por tanto en la tierra. Y no cesan las dificultades: en los últimos tiempos la batalla del vial ha convertido a esa tranquila parroquia de unos ochocientos habitantes en protagonista de las páginas de los periódicos y a José Luis Nicieza en la cara visible de esa protesta, convencido de que esa es su función: ser portavoz de todos sus vecinos, y llevar la queja y la reivindicación donde haya que llevarla porque es suya la voz, pero el sentimiento que la alimenta es de todo un pueblo.

José Luis García Nicieza, al frente de la protesta y la reclamación, encuentra en su moto y en la compañía de algún amigo, la evasión necesaria y sigue maravillándose de encontrar en su casa el refugio y el sosiego en la paciencia con que su mujer le escucha, mientras los documentales de historia y de animales le proporcionan horizontes que trascienden preocupaciones y batallas.

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