E. PANEQUE
GIJÓN.
Lunes, 10 de octubre 2022, 00:29
Mañana de sol. Apacible. De caras felices. Sonrisas. Y buenas palabras. La tarde, como el tiempo, se fue tornando gris. Algo menos confortable. Como es apropiado -y manido- decir en días como los de ayer, los socialistas celebraron su propia fiesta de la democracia... interna. ... Lo destacó el propio secretario de Organización, César González, cuando hizo un primer análisis ante la prensa a media mañana. Solo habían pasado un poco más de dos horas y ya había ejercido su derecho a votar el 25% de los 1.197 militantes con capacidad de hacerlo. Por allí se pudo ver a María Luisa Carcedo, Pachi Blanco, Iván Álvarez Raja, y al secretario general local, Monchu García.
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A esas horas la tensión aún no era tal. O no lo parecía. Las más madrugadoras fueron las alcaldesas, la que está en ejercicio y la que lo estuvo. Ana González ya había dejado caer -sin explicitarlo- días atrás que apoyaría a Ana Puerto. Por el sistema que la Comisión de Ética de la FSA estableció para esta votación, era obligatorio coger las dos papeletas a la entrada. González no quiso, inicialmente, tomar una de ellas, aunque le obligaron a hacerlo. Por su parte, Paz Fernández Felgueroso se había sumado a la campaña de Floro hace unos días.
La mayoría de los concejales socialistas llegaron a coincidir en tiempo en La Argandona. Una de las más animadas era Salomé Díaz, quien tras ser la primera que gritase «ánimo, Ana (Puerto)», a su llegada a la sede. Fue secundada con muchos más aplausos. Floro esperó hasta las 12.15 horas, junto a su mujer, Mina Blanco, y sin poder votarse a sí mismo. Más abrazos. Una de las primeras personas con las que se topó al atravesar el umbral de la entrada fue el exsecretario general, Iván Fernández Ardura, al que le propuso tomar un café en los próximos días.
Pero las horas fueron tensando el ambiente entre las candidaturas, hasta el momento más complicado de gestionar, la llegada de Maricuela, apoyo público de Ana Puerto, que se había olvidado el DNI. Los representantes de la candidatura de Floro recordaron cómo es la normativa, y que debe ser aplicada para todos, evitando arbitrariedades. La histórica militante, ya centenaria, se vio obligada a esperar media hora mientras iban a recogerle el documento acreditativo.
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Llegaron las ocho. Se abrieron las urnas. El recuento no dejó lugar a dudas y las anécdotas de la jornada quedaron en eso, anécdotas. Y el aparente 'buenrollismo' de la primera hora se fue quedando en segundo plano, con una tensión que iba en aumento. Decenas de militantes se agolparon para seguir el recuento a unos metros de distancia y tras un cordón. Los murmullos iban a más. Se pedía silencio.
Ganó Floro. Pero no hubo foto de los dos en el atril. Eso de todos a una desde el minuto después aún no ha tocado. Se pidió ese abrazo esperado. No llegó a producirse. De hecho, Ana Puerto llegó al salón de actos en mitad de la intervención de Monchu García con parte de los suyos aplaudiendo e interrumpiendo el acto. Se fue, cruzándose con Floro, sin la imagen juntos que pidieron desde las direcciones. A última hora ya solo quedaban aplaudiendo los que votaron al ganador.
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