Joaquín Miranda

Desde hace muy poco tiempo es el nuevo presidente del club. Después de ejercer como tesorero durante el mandato anterior, la suya fue una propuesta en la que se combinaba el continuismo de una buena gestión y las nuevas ideas. De alguna forma esa candidatura que resultó ganadora y que lo llevó al frente de la entidad, es el reflejo de su propia personalidad, esa duplicidad que se advierte en él, en el que confluye la solidez, la seguridad, una personalidad cartesiana, y el talento creativo, el optimismo a ultranza, la inquietud por hacer cosas nuevas y por incorporarlas a su lista de desafíos conseguidos.

El rostro de Joaquín Miranda se ha ido convirtiendo en el mapa en el que se puede llegar a leer su biografía y los rasgos de su personalidad que se asoman a unos ojos que además de mirar, escuchan, atentos al interlocutor, como si de cada conversación se pudiera extraer, además de las palabras, las ideas que las alientan y las razones en las que se sustentan. En los pómulos es fácil identificar la voluntad del chavalín que estudió en el Colegio de la Inmaculada, donde se imbuyó del espíritu que es santo y seña del colegio y que se traduce en la prolongación en el tiempo de las relaciones adquiridas durante la adolescencia. En la boca, ni siquiera cuando permanece serio puede evitar ese anticipo de sonrisa que parece preparada siempre detrás de los labios, la broma que su mente ágil y ocurrente tiene lista, el buen humor. También hay un gesto impreciso en el mentón, que alberga el sentido práctico de quien, ante la imposibilidad de estudiar Ciencias Exactas, que exigía salir de Asturias, supo canalizar su pasión por los números en la carrera de Económicas, para ampliar después sus conocimientos con estudios de Marketing y un máster en Desarrollo Local. Tenaz y pragmático, conversador tranquilo y metódico en sus decisiones, se ha convertido en un profundo conocedor de Gijón, de sus fortalezas y sus posibilidades, desde su trabajo y los puestos que ha ocupado sucesivamente, tanto en el ámbito de la promoción turística de la ciudad como director gerente, en los programas de Desarrollo Empresarial y en Agencia Local de Promoción Económica y Empleo del Ayuntamiento de Gijón, como jefe del departamento de Orientación Laboral.

Joaquín Miranda, deportista impenitente, aunque ha aparcado el fútbol al que ha jugado siempre sin que parezca muy firme esa resignación que se escuda en la edad como argumento, ha encontrado desde niño su sitio en el Grupo de Cultura Covadonga, al que dedica ahora una energía que solo esa vinculación sentimental durante toda la vida puede animar. Lector implacable, pintor entusiasta, sportinguista hasta la médula y socio desde hace cincuenta y tres años, jugador de billar, padrazo de dos hijas que adora, es además un apasionado de la música hasta el punto de que disfruta ejerciendo como Dj en bares y celebraciones. Algo de ello vendrá de aquellos ya lejanos tiempos cuando por el Zero, su bar durante los años del Xixón Sound, pasaron todas las bandas, todos los grupos de entonces, y le dejaron esa pasión por el indie que escucha sistemáticamente mientras hace pesas en el gimnasio del Grupo y en su cabeza conviven, sin mezclarse, los acordes de Vetusta Morla con los números, los proyectos, la firme decisión de trabajar en la excelencia para hacer del Grupo el mejor de los clubes, ese lugar que crece tanto en éxitos de sus deportistas como en la práctica generalizada y feliz de todos los socios.