–En la feria participarán 25 librerías y 28 editoriales. A la vista de esos números, ¿se puede decir que el sector está recobrando la normalidad?
–Sí, eso parece. La cultura ha resistido bastante bien este proceso de pandemia porque se ha movido. La gente ha buscado otras posibilidades para espectáculos, conciertos y presentaciones a través de plataformas. Y en el momento en el que se han podido hacer eventos presenciales, se cumplieron todas las medidas de seguridad. Por eso surgió de manera popular estos meses el lema de que 'La cultura es segura'. Estamos acercándonos a lo que teníamos antes de la pandemia, aunque la limitación de aforos es lo que más condiciona todo.
–¿Se verá muy reducida la participación ciudadana?
–Sí, pero estamos acostumbrados porque llevamos un año con esas limitaciones de aforo, aunque poco a poco se van relajando. No obstante, se ha hecho de la necesidad virtud y muchos eventos culturales se hacen en 'streaming', además de presenciales. Creo que es una medida que ha venido para quedarse y estaría muy bien que se quedara porque difunde mucho más todo lo que se hace.
–También facilita la participación de personas que no pueden desplazarse hasta aquí, facilita el dinamismo, ¿no es así?
–Exactamente. Ya lo hemos hecho en el Poex (Poesía en Xixón) con Raúl Zurita, que no pudo venir e intervino desde Santiago de Chile. Entró con Carmen Yáñez, que estaba presente en el acto, y estuvo muy emocionante.
–Es una pena que haya esas limitaciones de aforos cuando vienen autores de la talla de Serrat, Jabois o Muñoz Molina...
–Sí, porque llenarían cualquier aforo. Pero tenemos que seguir trayendo gente que nos parece interesante, que aporte cosas, y confiemos que las limitaciones de aforo se vayan relajando.
–Parece que hay mucho interés por parte de los autores. Que vengan 80 a Gijón es una cifra muy importante...
–Sí, es un récord. En el caso de los escritores la pandemia paró no solo las presentaciones de libros, sino también las propias ediciones de libros. Hay obras publicadas que no han podido llegar a las librerías. Los autores están muy interesados en moverse, hacer cosas, contactar con sus lectores y contactar entre ellos.
–¿La pandemia podría haber traído algo bueno, como es una potenciación de la lectura?
–Es cierto. El sector del libro resistió aunque no haya habido presentaciones. Sí que se ha vendido 'online' y sí que la lectura ha tenido un empujón. Ha jugado un papel muy importante. Creo que se verá reflejado en las ventas.
–¿Podemos decir que el sector sigue vivo a pesar de este año?
–Sigue posiblemente más vivo que nunca en cuanto al nivel de ilusión y ganas con que afronta este tipo de eventos. Hay muy buena predisposición y ganas de estar en la calle. Si todo va bien, estoy convencido de que esta feria va a ser muy buena para todo el ámbito del libro local y editoriales.
–¿Qué pequeña joya escondida en la feria puede recomendar a los gijoneses?
–Lo que queremos generar son actos de cultura, no solo un encadenamiento de presentaciones de libros o un escaparate de nombres mediáticos. Todos los autores que vienen lo hacen con el compromiso de abrir diálogo y pensamientos con los temas de sus libros. Para mí, todo el programa está al mismo nivel, pero recomendaría el libro 'Casas vacías', de Brenda Navarro. Es un libro maravilloso pero también muy duro, sobre algo que queremos potenciar en la feria que es ese relato que la mujer está introduciendo en la narrativa española actual.
–Por lo que veo, la cultura será el eje central. ¿Dónde queda lo comercial?
–Apostamos por potenciar la dimensión cultural porque de ese modo vamos a beneficiar a lo comercial, que es de lo que se trata una feria del libro.
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