EVA HERNÁNDEZ
GIJÓN.
Lunes, 13 de noviembre 2023, 00:20
Tras la incursión de la nutria el pasado sábado en el estanque grande de Isabel la Católica, no había ayer ninguna pista de ella. Todo parecía «tranquilo» y sin daños. Fue por la tarde cuando a José Luis García, cuidador de las aves del parque, ... le llegó una foto del hallazgo de un cisne de cuello negro muerto. Él no pudo ver in situ al ave por lo que «está sin confirmar cuál ha sido la causa de la muerte, hay que examinarlo», explicó.
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Ayer por la mañana, antes de este hallazgo, se podía observar a las aves que ocupan el estanque «algo revueltas». Prueba de ello fue que la mayor parte de los animales se encontraban fuera del agua. «Tienen miedo, esto pasa porque saben lo que hay y prefieren no acercarse», comentó el cuidador.
Una nutria se cuela en el estanque grande del parque Isabel la CatólicaVer 10 fotos
Alrededor de la verja del estanque se podían ver aún algunas de las huellas que dejó el mustélido al colarse. En primer lugar, lo intentó por un espacio de la verja, finalmente, al ver que no lograba su objetivo, se rindió dejando removida parte de la tierra. Luego fue excavando por debajo de la puerta por donde logró acceder.
Como medida preventiva, García tapó los sumideros colocando una verja y piedras para que, en caso de una nueva entrada, no pudiera pasar por el tubo y llegar hacia las koixas, «podrían correr peligro». Explicó que el sábado «observándola aprendimos ciertas cosas» de cómo podía llegar a actuar la nutria.
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Por la tarde, algunos viandantes observaban el estanque en el que patos y ocas ya se habían animado a adentrarse de nuevo en sus aguas. Pablo Álvarez sabía de la irrupción del animal. «Venimos dando un paseo, pero si la vemos la saludamos», bromeó. Sobre la entrada al espacio, Álvarez decía que «tiene una doble vertiente, es bueno que haya fauna salvaje, porque no sé si realmente son ellos los que nos invaden o más bien somos nosotros los que les invadimos», argumentó. Por ello, no le extrañaba que «haya visto la oportunidad y la haya aprovechado, igual estresamos más nosotros a las aves que la nutria».
El mustélido ya había sido observado por García en varias ocasiones en el canal de El Molín. Se trata de un animal adulto, tuerto de un ojo derecho y con cataratas en el izquierdo. Es una de las cinco que propiciaron la muerte de más de 220 aves exóticas durante los años 2014 y 2015 y que supusieron unos daños estimados en más de 18.000 euros.
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