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La exdirigente de la banda terrorista ETA Iratxe Sorzabal negó, en el juicio que comenzó ayer en la Audiencia Nacional, su participación en la madrugada del 2 de noviembre de 1996 en los dos atentados cometidos en la farmacia Palacio, en la calle Manuel Llaneza, ... y en el antiguo Palacio de Justicia de la calle Mariano Pola, en Gijón.
La acusada explicó que en 2001 se reconoció autora de los hechos obligada por la Guardia Civil. «Me autoinculpé e inculpé a otros. La Guardia Civil me torturó y me obligó a hacer esas declaraciones», declaró. Ese año fue detenida en Hernani (Guipúzcoa). Permaneció en prisión durante unos meses hasta que fue puesta en libertad provisional. Poco después huyó a Francia, donde había cumplido ya dos años de prisión.
«Nunca he estado en Gijón ni en Asturias», recalcó. Sorzabal argumentó, además, en su defensa que hasta el verano de 1997 no se integró en ningún comando ni participó en atentados. Hasta entonces, dijo, se limitaba a realizar labores sobre si había o no controles en la frontera entre Irún y Hendaya para que miembros de ETA tuvieran libertad de movimientos para pasar a Francia.
Nacida en Irún en 1971, Iratxe Sorzabal fue entregada por Francia el pasado 14 de enero para ser juzgada por su presunta participación en los atentados perpetrados en Gijón. En el país galo, donde fue detenida también en 2015, cumple una condena de siete años de prisión. El fiscal y las acusaciones ejercidas por la Abogacía del Estado y la Asociación Víctima del Terrorismo piden en sus conclusiones provisionales 46 años de cárcel. La acusan de participar junto con otros miembros del comando Ibarla de ETA en la colocación de dos artefactos explosivos, uno a las dos y media de la madrugada en la farmacia del marido de Paz Fernández Felgueroso, que había sido hasta mayo de 1996 secretaria de Estado para Asuntos Penitenciarios, y sobre las seis en el antiguo Palacio de Justicia de Mariano Pola.
El Ministerio Público defiende que fue Sorzabal la que alertó a la Policía Nacional de la colocación de las bombas en nombre de la banda terrorista. «Hemos colocado un explosivo en la farmacia Palacio, en la calle de Manuel Bañeza». Erró en el nombre de calle -Manuel Llaneza- y antes de colgar añadió: «Asturias, libre».
A la sede de la Audiencia Nacional acudió un grupo de personas para apoyarla, entre los que se encontraban el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu y el senador de la misma coalición.
Un inspector jefe de la Policía Nacional declaró que en 2002 fue encontrado en una casa de Castres (Francia) un manuscrito de la acusada en el que explicaba a la banda el contenido de su declaración cuando fue detenida en 2001. El agente manifestó que la dirección de ETA obligaba a sus miembros a informar de lo que declaraban tras ser detenidos para alertar a otros posibles terroristas sobre su posible detención o búsqueda. La acusada reconoció ayer que escribió dicha carta, pero dijo que lo hizo para relatar a la organización los malos tratos que recibió que la llevaron a autoinculparse y a inculpar falsamente a otras personas de acciones terroristas.
Los servicios antiterroristas identificaron la voz de Sorzabal en la grabación de un vídeo difundido por la BBC el 5 de septiembre de 2010 dando cuenta de que ETA había suspendido sus «acciones ofensivas». Fue uno de los tres representantes de la banda terrorista que estuvieron en Oslo desde principios de 2012, junto con Josu Ternera y David Pla, esperando a los negociadores del Gobierno español que nunca llegaron.
El juicio tendrá esta mañana una segunda y última sesión en la Audiencia Nacional. Después, quedará visto para sentencia.
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