Vidal Gago Pérez | Director gerente de la EMA

«Ionway necesitará una cuarta parte de nuestro suministro anual de agua»

–La EMA, con 10,7 millones de euros, batió récord de inversión en 2024. ¿Se puede mantener el ritmo inversor este año?

–Es difícil, sin duda, sobre todo sin estar con grandes proyectos en plena producción. No obstante, lo más importante es mantener la tendencia inversora, aunque cada vez es más difícil poner obras en marcha por diferentes obligaciones legales, como los informes arqueológicos preceptivos o el nuevo Reglamento de Dominio Público Hidráulico. Tenemos que cumplir todos los trámites y es farragoso. El miércoles, la CUOTA nos aprobó las expropiaciones de las obras de Santa Cecilia, en Huerces, y Arroyo, en La Pedrera, tras una espera de muchos meses. Quiero resaltar el trabajo de nuestras 'Zapico' del departamento de contratación –Nuria y Mercedes–, que sacaron adelante 293 expedientes el año pasado. La mayoría de ellos tienen su reflejo en el volumen de inversiones. Otros compañeros preparan la guadaña y siegan, pero sin su soporte no podríamos hacerlo porque perderíamos la piedra de afilar.

–La constructora del pozo de tormentas de El Arbeyal reclama a la EMA 1,3 millones. ¿Afectará a las inversiones previstas?

–En absoluto. La EMA tiene músculo financiero suficiente para abordar estas cuestiones. En realidad, son dos demandas. La primera, por unos 200.000 euros, tiene fijada la fecha de vista del juicio para dentro de un año, y la otra es de algo más de un millón. La contrata comenzó solicitando más pero ha rebajado ya su pretensión en más de medio millón de euros. Se prolongará en el tiempo y conlleva gastos y trabajo extra para nuestros equipos.

–¿Cuáles son las actuaciones más importantes para este ejercicio?

–Aparte de las conocidas actuaciones en La Pecuaria, con la urbanización ya en marcha en la que invertiremos dos millones y el colector que está en fase de estudio de ofertas, también con el Servicio de Obras Públicas del Ayuntamiento tenemos una actuación conjunta en el parque de La Serena, a cuyas redes destinaremos 1,2 millones. Además, este lunes comienza la renovación del saneamiento en el polígono de Somonte y en unas semanas la renovación de instalaciones de la Estación de Tratamiento de Agua Potable de La Perdiz. Son otros 2 millones. Tras el verano comenzaremos una nueva obra en Torcuato Fernández-Miranda y seguimos con el plan de obras menores de hasta 100.000 euros, que dan mucho trabajo, pero mejoran la vida de muchos gijoneses. Mientras tanto estamos redactando proyectos de las obras de años venideros en las calles de detrás la estación de Alsa, Nuevo Gijón o la calle Japón, entre otras. Eso también es inversión. Y luego hay más de treinta actuaciones relacionadas con el PERTE de digitalización del ciclo del agua, que como adjudicatarios de 6 millones para invertir hasta 2026 nos está sacando canas.

–¿Cómo van las obras del colector del Peñafrancia? ¿Permitirá que no haya que cerrar la playa ningún día este verano?

–En mayo daremos carpetazo, muy probablemente, con dos meses de adelanto. Ha ido muy bien desde que acordamos con la directora general del Agua del Principado que la EMA se encargara íntegramente de la actuación. Y hemos ahorrado varios cientos de miles de euros. Hay que felicitar a los equipos propios y ajenos que están en el tajo. La playa seguirá viendo algunos episodios de alivios del sistema. Es imposible que no sea así por la configuración del abra del Piles. En todo caso, nada que ver con lo sufrido antes de que el colector de Viesques sustituyera al de La Camocha y de que estuviera en servicio el pozo de Hermanos Castro. Y esta obra contribuirá mucho a mejorar la calidad del agua de baño.

–Los proyectos en la ampliación de El Musel son demandantes de mucha agua. ¿Están preparados?

–Estamos coordinados con el Principado y Cadasa para atender las necesidades con agua de la red o agua regenerada en una fase posterior. La planta de baterías de Ionway necesitará un consumo de uno seis hectómetros cúbicos, que viene a ser una cuarta parte de los que sirve la EMA a todos sus clientes al año.

–¿Qué ha sido de la creación de sistemas urbanos de drenaje sostenible, como el que pretendía recoger el agua de El Molinón para reutilizar?

–Aquel aparcamiento se cambió de pavimento y modificó su permeabilidad, pero es una experiencia de la que podemos aprender. En Gijón estamos en vanguardia en el conocimiento de esas tecnologías. Este pasado año publicamos un manual técnico en colaboración con varios profesores de la Universidad de Oviedo. También hemos redactado un proyecto de reaprovechamiento de agua del canal del Molín para alimentar los estanques del parque de Isabel la Católica, que queda pendiente su ejecución.

–¿Existe ahora alguna zona con problemas de inundaciones?

–Vamos acabando con ellas. En los accesos a Monteana está trabajando la Concejalía de Obras Públicas para limitarlas. También en Les Cigarreres, junto al campo de fútbol de Roces. Ahí ya está en marcha un proyecto para mitigarlas. Nada, en todo caso, como lo ocurrido hace unos años en la calle Brasil. Se mejoró extraordinariamente. A veces paso a comprar fruta o a hacer una copia de alguna llave por allí y reconforta que te reciban con una sonrisa tras los malos ratos que pasaron.

–¿Está Gijón preparada para una situación excepcional como la dana de Valencia?

–Sería imposible prepararnos para algo así, pero ni el clima ni la orografía ni el histórico de precipitaciones se parece. En el Levante llevan sufriendo episodios de ese tipo de forma recurrente desde que se conocen registros del siglo XIII. En el norte no se da nada parecido.