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La Policía Nacional investiga la muerte en extrañas circunstancias de un joven de 25 años cuyo cadáver fue hallado semidesnudo en el descansillo de un edificio de la calle Avilés, en el barrio de Laviada. La víctima sufrió una grave indisposición que acabó con su ... vida cuando se encontraba en una vivienda que, según fuentes de la investigación, funciona como piso de citas.
Fueron precisamente dos chicas de origen latinoamericano que se encontraban las que salieron de forma precipitada a la calle en busca de un teléfono con el que alertar al 112 de la grave indisposición que estaba sufriendo el joven. Llamaron desde una lavandería. Convulsionaba y expulsaba espuma por la boca.
En pocos minutos se personaron en el lugar agentes de la Policía Local y personal del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU). Cuando llegaron, había fallecido. Estaba en el descansillo, boca abajo, sin ropa en la parte superior, con los pantalones bajados y sin ropa interior. Dadas las circunstancias que rodeaban la defunción, la Policía Local requirió la presencia de la Policía Nacional, que se hizo cargo de la investigación.
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La autoridad judicial ordenó el levantamiento del cadáver poco después de las 20 horas. Los agentes de la Policía Judicial recabaron pruebas en el lugar y se procedió a precintar la vivienda para que sea inspeccionada de forma exhaustiva por la Brigada de la Policía Científica. Se investiga si el joven salió por su propio pie buscando ayuda o las mujeres lo sacaron al rellano.
Los restos mortales del joven fueron trasladados por el personal de la funeraria hasta el Instituto de Medicina Legal, en Oviedo, donde los médicos forenses le practicarán la autopsia con la que esclarecer las causas del fallecimiento. Las primeras pruebas apuntan a un fallo orgánico. Será la autopsia la que determine si existieron sustancias externas que desencadenaron esa parada cardiorespiratoria aguda.
Los vecinos entraban del edificio atónitos ante el despliegue policial y al conocer que había un cadáver en el rellano de la quinta planta. «Estaba claro que iba a acabar pasando algo así, ya habíamos tenido que llamar varias veces a la Policía por el piso de citas y era un tema del que se hablaba en las reuniones del portal», lamentaba una residente, muy nerviosa por lo ocurrido.
El piso quedó precintado por orden judicial y custodiado por agentes de Seguridad Ciudadana para evitar que nadie pudiera entrar.
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