Investigan a un clan familiar dedicado al hurto de joyas ante los geriátricos en Gijón

En todas las ocasiones, las que ejecutan los robos son mujeres, aunque cuentan con la cobertura de hombres de su entorno familiar que les facilitan la huida en coches y furgonetas. Merodean por las proximidades de las residencias de mayores en busca de víctimas a las que consideren vulnerables para ejecutar su plan.

En un primer momento, se acercan a ellas y tratan de entablar conversación para ganarse su confianza. Observan si llevan joyas o bolso y en un momento de descuido les arrebatan sus pertenencias. No dudan en emplear la fuerza si la víctima se percata de sus intenciones y opone resistencia.

Uno de los asaltos tuvo lugar hace días a las puertas de una residencia en la avenida de la Costa. Varias mujeres, originarias de los países del Este, rodearon a una anciana a escasos metros de la puerta del geriátrico y en un momento dado, aprovechando su superioridad de fuerza, le sustrajeron una esclava de oro. A continuación, se ausentaron rápidamente del lugar, dejando a la víctima aturdida y sin apenas poder dar explicaciones de lo que acababa de ocurrir.

Según ha podido saber EL COMERCIO, otras residencias de mayores de los barrios de Pumarín y El Llano han sufrido casos similares. Y eso teniendo en cuenta que muchos de los perjudicados no son conscientes de haber sufrido un robo, sino que consideran que perdieron sus joyas o sus carteras cuando salieron a pasear por las inmediaciones de los geriátricos.

Entre las víctimas no solo hay residentes, también otras personas de avanzada edad que acuden a estos centros con la intención de ver a algún pariente o amigo y son asaltadas a las puertas.