Los investigadores analizan las huellas de los asaltantes de Sidra Menéndez

Otro de los puntos clave de las pesquisas policiales es la revisión de las cámaras de vigilancia existentes en Pola de Siero, donde los cuatro individuos dejaron abandonado el vehículo que sustrajeron a las víctimas. Al parecer, habrían sufrido un percance al reventar una rueda, por lo que decidieron dejarlo y continuar el trayecto en el turismo en el que previamente se habían desplazado hasta la parroquia gijonesa de Fano. Antes de deshacerse de él, vaciaron el contenido de un extintor en su interior en un intento de borrar cualquier huella y rastro biológico que hubiesen dejado en el habitáculo.

Entraron a la casa pasadas las once de la noche del viernes, aprovechando que estaba abierta la puerta del salón en el que dos de los cuatro miembros de la familia veían la televisión. El empresario Sabino Menéndez y su mujer, Enedina, dormían en la habitación. En el salón se encontraba la suegra del empresario, de 92 años, y una de sus hijas.

Los maniataron y bajaron a una estancia de la planta baja, no sin antes propinar numerosos golpes al empresario, al que, además, taparon con una sábana. Registraron el inmueble palmo a palmo y consiguieron un botín de 5.000 euros, además de joyas valoradas en 3.000 euros y uno de los vehículos de la familia. Antes de emprender la huida subieron al máximo el volumen de la televisión para que no se pudiesen escuchar los gritos de auxilio desde fuera. Luego, rompieron el mando a distancia y los teléfonos móviles que encontraron.