«Invertir en obras es el primer paso, pero no deben descuidarse los servicios»

El reparto de la 'tarta', anunciado el pasado martes por la alcaldesa de Gijón, Ana González, con diferentes inversiones previstas para cada distrito de la ciudad, ha provocado reacciones dispares. Mientras que los partidos de la oposición, como Ciudadanos y Foro, ven con cierto escepticismo e incluso «decepción» el anuncio de este plan de barrios, las asociaciones vecinales consideran, en líneas generales, que es «un primer paso», aunque recuerdan que «todavía queda mucho por arreglar».

Muy críticos con el anuncio de la alcaldesa se mostraron desde Ciudadanos. Desde el grupo municipal naranja se calificó a este plan de barrios como un «elemento de marketing político», se considera que «es necesario rigor en esta planificación», y se insistió en que el plan presenta «un evidente desequilibrio territorial», con una zona rural «claramente discriminada».

El portavoz de Foro Jesús Martínez Salvador también lamentó que el gobierno municipal, en manos de PSOE e IU, haya presentado «a bombo y platillo» un proyecto de presupuestos municipales para 2020 que no cuenta con «respaldo en los números», y recordó que el 60%del Plan de Barrios responde a proyectos que «ya están en marcha». Con más «prudencia» se ve desde el Partido Popular. La edil Ángela Pumariega señala que «lo primero de todo, tiene que haber una partida en los presupuestos» para acometer estas inversiones anunciadas, sin olivdarse de que después «esos plazos de ejecución señalados deben cumplirse».

La Federación de Asociaciones Vecinales (FAV) tampoco quedó conforme con el plan prentado. Su presidente, Adrián Arias, afirmó que en esta inversión de 44,1 millones de euros para los próximos cuatro años se han quedado fuera zonas como Portuarios y La Camocha. Matizó que este proyecto «no es consensuado» e insistió en que un plan de este tipo se basa en «inversiones reales y no en anuncios grandilocuentes».

Precisamente, el presidente de la Asociación de Vecinos de La Camocha, Herminio Torre, mostró ayer su sorpresa al ver que su barrio «no aparece para nada» en este plan y enumeró una serie de problemas todavía sin resolver, como «las luminarias, pasos de peatones en la zona del colegio y el riesgo de desbordamiento en el riachuelo».

Su homólogo en la Asociación de Vecinos de Cimavilla, Sergio Álvarez, destacó que un proyecto de este tipo «no debe quedarse solo en inversiones», porque también «se debe mantener un funcionamiento integral de todo, desde movilidad y accesibilidad hasta tener en cuenta las reclamaciones de los vecinos».

En la agrupación vecinal de El Coto, Cristian Guisado también hizo referencia a la movilidad, «una prioridad», y aunque cree que el reparto presupuestario «está bien», este debe ser «un punto de partida, porque el barrio necesita mucho más».

Más satisfecho se mostró Esteban Calleja, de la Asociación de Vecinos de Pumarín. Las peticiones reflejadas por esta agrupación se vieron reflejadas en el plan, que prevé acometer «obras grandes» como las de la calle del Río Eo «que se llevaban reclamando desde hacía tiempo».

En El Natahoyo, donde la gran inversión se realizará en la calle Luis Braille, se aseguró que «esperábamos algo más». El presidente vecinal, Álvaro Tuero, indicó que «tenemos otras prioridades» y deseó que «pronto se ponga en marcha el consejo de distrito para tratar más temas», mientras espera a «ver cómo responden las brigadas de limpieza» anunciadas.

En Viesques sorprendió la inversión anunciada de 300.000 euros para la ampliación del Paseo del Arqueólogo Manuel Fernández-Miranda. El presidente de la asociación vecinal, Iván Suárez, priorizó urgencias como las de «arreglar puentes rotos» y solucionar «los problemas de tráfico, que son muchos».