La inversión en I+D de las empresas del Parque Científico aumentó un 8%

Imprescindible. Crucial. Clave para mejorar la competitividad de las empresas y marcar distancias con los competidores. La inversión en investigación, desarrollo -también en innovación- es vista por las empresas de base tecnológica radicadas en el Parque Científico Tecnológico de Gijón como un factor decisivo para la buena marcha de sus negocios. Algo fundamental. Así se explica que el año pasado el 70% de las empresas de la Milla del Conocimiento destinaran a actividades de I+D un total de 23 millones de euros, lo que supone un 8% más que en el ejercicio anterior y confirma la tendencia creciente de los últimos años.

La intensidad de innovación en la Milla (2,6%) se sitúa por encima de la media regional entre las empresas con gasto en innovación (1,73%), según se recoge en la memoria de 2021. Fue el pasado un año en que se constató que la recuperación económica tras la crisis sanitaria de la covid-19 es un reto para todas las empresas, independientemente de su tamaño, que pasa por una apuesta clara por la I+D.

Además, según los datos que maneja Gijón Impulsa, las empresas dirigidas por mujeres son las que encabezan la inversión en I+D. Destinan a actividades de investigación y desarrollo de media el 8% de su facturación, frente al 3% de las firmas dirigidas por hombres. Las primeras son también las que mayor porcentaje de sus recursos humanos dedican a esta actividad: un 24%, diez puntos porcentuales por encima de las empresas dirigidas por sus colegas hombres.

Susana Pascual, CEO de PixelsHub, y Marián García-Prieto, fundadora de I4Life, creen que la explicación a este hecho seguramente implique muchos matices y factores. «Quizá pueda deberse a que nosotras nos hemos incorporado más tarde a estos puestos. Nuestras empresas son más nuevas y por eso ya llevan la I+D implantada en su ADN», aventura García Prieto.

En lo que ninguna de las dos tiene dudas es en que investigación y desarrollo son «algo imprescindible en el mercado actual». De hecho, anota, Susana Pascual, «cualquier empresa que hoy en día esté viva es porque innova, aunque no lo sepa». A su juicio, «cualquier actividad focalizada a la eficiencia de la productividad y rentabilidad de los productos, procesos o modelos de negocio implica el rediseño y adopción de tecnología, conocimiento, etcétera por parte de la empresa». Y eso, añade, es I+D.

El caso de PixelsHub, la investigación es parte de su día a día. La empresa, centrada en el desarrollo de soluciones de realidad virtual y aumentada para industria, defensa o turismo trabaja con tecnologías aún muy emergentes, lo que les obliga a adaptarse de forma constante. «Diría que un 20% de nuestra actividad como desarrolladores para cliente se corresponde a actividades de I+D+i, aunque de forma estructurada la inversión precomercial que hacemos en I+D+i para el desarrollo de nuevos productos o procesos se ajuste más alrededor de ese 8%» al que hace referencia la memoria de Gijón Impulsa.

«La I+D es crucial en una startup de base tecnológica. Crear tu propia investigación, indagando de forma planificada y con unos objetivos claramente definidos, es la fórmula para crear soluciones a problemas existentes y no resueltos», reflexiona por su parte García-Prieto, profesora universitaria en la Escuela Politécnica de Ingeniería, investigadora y fundadora de I4Life, empresa centrada en el desarrollo de productos y soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas con determinadas patologías o algún grado de dependencia.

«Hemos transformado una idea en una solución comercializable que interesa a los usuarios. Ahora nos toca indagar de forma planificada en la inteligencia de nuestras soluciones a fin de llegar a proponer algoritmos de predicción personalizados». El objetivo, dicho de otra forma, es «que nuestros dispositivos conozcan a su usuario y alerten a los cuidadores cuando haya eventos reseñables».

• Temas
• Distrito de la Innovación de Gijón