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Manchas de carbón bajo las aguas de San Lorenzo el pasado mayo. LUIS SANTIAGO
El Instituto del Carbón ratifica el origen portuario de las manchas de la playa

El Instituto del Carbón ratifica el origen portuario de las manchas de la playa

Los nuevos análisis apuntan al tráfico de graneles y la industria, y sugieren como fuentes secundarias el 'Castillo de Salas' y Mina La Camocha

RAMÓN MUÑIZ

OVIEDO.

Lunes, 1 de julio 2019, 02:41

La línea de investigación abierta por el Instituto Nacional del Carbón (Incar) sobre la presencia de este mineral en el litoral acaba de dar nuevos resultados. En septiembre una publicación internacional recogió el análisis hecho por el laboratorio de petrografía que lidera Isabel Suárez-Ruiz sobre siete muestras tomadas en San Lorenzo. Los datos vinculaban las manchas negras que cada cierto tiempo tiznan el arenal con las operaciones de carga y descarga de graneles de El Musel. Los especialistas de este organismo adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) continuaron su labor, ampliando el trabajo de campo hasta hacerse con 27 muestras de arena mezclada con carbón recogidas a lo largo de un año entre la desembocadura del Piles y la escalera 2. Cinco de ellas fueron además enviadas a un laboratorio canadiense para su análisis geoquímico, orgánico e inorgánico.

El ejercicio aporta nuevas evidencias según las cuales las manchas de la playa proceden del puerto y de las industrias ligadas al carbón de la zona; se mantiene como fuentes posibles, aunque secundarias, al buque hundido 'Castillo de Salas' y las aguas de lavado que en su día desembocaban en la bahía procedentes de Mina La Camocha. La geoquímica inorgánica determinó además que parte de las muestras llegaron al arenal enriquecidas en mercurio, arsénico, cobre y plomo, entre otros elementos. Son concentraciones medidas en partes por millón, con resultados que exceden la presencia de estos elementos en la corteza terrestre.

Pelayo Tomillo, colaborador del laboratorio en esta investigación, presentó el avance de resultados en la Universidad de Oviedo. Dirigido por Suárez-Ruiz y bajo la tutoría del decano de Geológicas, Juan Ramón Bahamonde, el alumno le dio forma de Trabajo de Fin de Grado, obteniendo la máxima puntuación del tribunal.

El estudio detalla que, una vez separado el carbón de la arena gracias a los tamices, resultó que la mayoría del material tiene entre 0,5 y 3,5 milímetros de diámetro, si bien se localizaron fragmentos de hasta cuatro centímetros, algo que «probablemente esté ligado a la influencia de las mareas», según expuso Tomillo.

La petrografía orgánica demostró que las partículas de carbón suponían entre 90 y el 100% del volumen de cada muestra. Dentro de ellas la vitrinita domina, seguida de la internita y la liptinita. «El análisis de reflectancias muestra una mezcla heterogénea de carbones, con mayor presencia de bituminosos altos y bajos en volátiles», explicó. Esa cualidad apunta a que se trata de minerales óptimo para térmicas y siderúrgicas.

El laboratorio acumula experiencia sobre la composición de los carbones según la zona del mundo en la que han sido extraídos. En base a ella concluyen que lo que llega a San Lorenzo concuerda con minerales procedentes del hemisferio norte como del sur. «Es una mezcla amplia; hay uno que por sus características sabemos que se extrajo de Australia o China», apuntó. Esa variedad y sus usos preferentes en la industria local situaría como fuente principal la caída accidental de partículas en los movimientos de carbón siderúrgico y térmico en El Musel y Aboño. La presencia de piezas altamente oxidadas lleva a los especialistas del Incar a creer que también quedan en la bahía restos llegados desde Mina La Camocha.

En 17 de las muestras se constató la presencia de coque de carbón, llegando a protagonizar hasta el 10% de esas composiciones. Como posible origen se apunta de nuevo a la carga y descarga portuaria, y a los altos hornos como fuente secundaria. El coque de petróleo apareció en algunas muestras con presencia de hasta el 0,3%, lo que remite al granel que pasa por El Musel para cementeras y producción eléctrica. En parecida proporción se encontraron cenizas volantes y chares, lo que se relaciona con la industria. Hay también grafitos, algo que se explica por las importaciones para la industria que trabaja con este material resistente a las altas temperaturas.

El análisis geoquímico determinó la cantidad que había de 60 elementos de la tabla periódica en cada muestra enviada a Canadá. Para centrarse en los resultados más significativos, los científicos comprobaron cuáles son las concentraciones típicas de esos elementos en la corteza terrestre y en los carbones extraídos por todo el mundo. El contraste demostró que en algunas muestras de la playa había veinte veces más renio del que se da en la corteza terrestre; la presencia de mercurio era entre 2,4 y 5,6 veces superior, la de arsénico lo excedía en un máximo de 2,5 veces y el selenio aparecía en proporciones 18,9 veces mayores. En contraste con los carbones extraídos de las minas, las muestras resultaban enriquecidas en cobre y plomo.

Los hallazgos abren nuevos interrogantes sobre las cualidades adsorbentes del mineral, esto es, su capacidad de fijar en su superficie otros contaminantes. También sobre la dinámica que hace que a San Lorenzo llegue empobrecido en unos componentes y enriquecido en otros.

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