Vecinos desalojados y despliegue de bomberos en Gijón por un incienso mal apagado

Salieron precipitadamente de sus pisos. Alguna persona mayor incluso en bata y zapatillas. Abandonaron sus viviendas con lo puesto al comprobar que el bajo se inundaba de humo, que llegaba a colarse hasta el portal. Llamaron a los servicios de emergencia y en cuestión de minutos se personaron en la calle San Agustín de Gijón dos dotaciones de bomberos del parque de Roces. La preocupación cundía en el vecindario, que contemplaba impaciente el devenir del suceso que había alterado la mañana de sábado.

Los efectivos del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios inspeccionaron el inmueble y cuando pudieron acceder al local comercial comprobaron que el incendio no era tal. Se trababa de un incienso que había quedado encendido en la tienda de ropa. No había fuego alguno. Únicamente un densa humareda que procedía de un elemento de resina que pretendía dar olor y lo que consiguió fue alarmar a los vecinos y los bomberos. Procedieron a ventilar el establecimiento y tras entrevistarse con la dueña de la tienda, dieron por concluido el servicio.

«Hay mucho miedo después de lo que pasó en Valencia con el incendio del edificio en el que murieron diez personas y la gente en lugar de esperar en sus casas a que vengan los bomberos y poner unas toallas en la puerta, salen a la calle y no se dan cuenta de que es mucho peor...», comentaba una vecina.

La intervención de los bomberos tuvo lugar pocos minutos después de las 11 de la mañana y obligó a cortar al tráfico la calle San Agustín y también el tramo de la calle Cabrales comprendido entre las calles Jovellanos y Menéndez Valdés. Agentes de la Policía Local regularon la circulación para evitar atascos en pleno centro de Gijón en una mañana de sábado con mucha afluencia de viandantes y vehículos.

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