«Mi casa quedó inhabitable. La capa negra lo cubre todo»

Los vecinos de las 128 viviendas del edificio siniestrado de El Natahoyo están pendientes de ver qué les transmite en los próximos días la presidenta de su comunidad y la asesoría que les lleva la administración. La mayoría se están mudando a casa de familiares y amigos para pasar el trance. Aunque no hay una evaluación completa de daños, constatan que el incendio ha afectado de manera desigual según las plantas y las puertas de los domicilios. Hay 16 plantas y ocho viviendas por cada una de ellas. Así hay más daños en la puertas 4 y 2 porque están en la misma vertical del cuarto de contadores.

Otra de las viviendas más afectadas por el suceso es la de la novena planta en la que vive Mery Navallo con su marido José Luis. La mujer, con toda la cocina y la despensa tiznadas de negro, todavía no se explica cómo «pudo entrar toda esta suciedad por dentro de cajones y armarios». «Da dolor ver cómo está todo. Está todo impregnado y no hay manera de quitarlo ni con lejía, ni con quitagrasas ni con rascador», afirma Mery con las manos totalmente ennegrecidas.

Ella quiere mudarse a vivir con su madre de 93 años, pero a su marido no le convence la idea. «Estamos incomunicados. Sin teléfono ni internet. Tampoco podemos cocinar ni usar agua caliente, así que habrá comer de latas», dice resignada,

Durante la intervención de los bomberos la madrugada del domingo los sanitarios del SAMU debieron llamar varias veces la atención a vecinos y curiosos que se arremolinaban delante del bloque para que mantuvieran la distancia social. Y bastantes de ellos además sin mascarillas.

Los peritos tasadores de las aseguradoras empezaron ayer a visitar casas y alguno deslizó que los contadores inteligentes como los que se quemaron en esta torre están detrás de casi todos los incendios graves en Asturias como el de El Berrón de febrero de 2018 con dos fallecidos.

El susto fue tremendo para el vecindario de las 128 viviendas de la torre de La Estrella de la avenida de Galicia, de Gijón. Pasadas las 11 de la noche del sábado todo se empezó a torcer en la tranquilidad de los hogares. Algunos de los que viven en las plantas más bajas aseguran haber escuchado como «dos fuertes golpes» y a partir de ahí relatan haberse quedado sin señal de televisión y sin luz. El nerviosismo y las voces empezaron a extenderse por los rellanos al tiempo que empezó a llenarse todo de humo con olor a cable quemado. La secuencia continúa con los primeros vecinos saliendo de sus casas (unos cuantos con pijamas y batas) y bajando por las escaleras a la calle hasta la rápida llegada de las fuerzas de seguridad al edificio. Llegó a haber atascos de gente e incluso alguna caída sin mayor incidencia durante la evacuación de la torre. A la altura de la tercera planta la condensación de humo era mayor.

Pronto la avenida de Galiciaquedó cortada a la altura del parque del Doctor Eguiburu Benciella, también conocido en El Natahoyo como el antiguo prao del Moro. Y allí se desplegaron ambulancias medicalizadas, bomberos, Policía Nacional y Policía Local y se fueron arremolinando los vecinos que salieron de su casa con lo puesto. Algunos de ellos no pudieron ni bajar la mascarilla. Otros vecinos con problemas de salud y avanzada edad se quedaron en sus domicilios para preocupación de los que bajaron a la calle. Los bomberos hicieron recuento piso por piso y planta por planta para cerciorarse de que las viviendas o bien estaban vacías o quienes permanecían dentro no corrían peligro de intoxicarse por inhalación de humos. A estos últimos se les recomendó poner toallas mojadas debajo de las puertas y asomarse a las ventanas. Además utilizaron ventiladores para eliminar el abundante humo generado que, según parece, fue originado por un incendio que quemó por completo el cuarto de contadores de la torre.

Los técnicos de EdP acudieron a evaluar los daños y pasadas las dos de la madrugada ya tenían su veredicto. La importante avería dejará sin instalación eléctrica a todo el vecindario de la torre entre 15 días y un mes. El mismo problema lo tendrán varios locales comerciales cuyo suministro se alimenta también de la misma sala de contadores siniestrada. La Policía Nacional fue llamando a los vecinos plana por planta para que con esa información actuasen en consecuencia. Se les dejó elegir entre acudir a sus viviendas a recoger ropa y enseres para pernoctar fuera o pasar la noche en sus domicilios pero con las limitaciones de saber que no tendrán ni luz ni agua caliente. Algunos vecinos con problemas de salud previos fueron trasladados al Hospital de Jove aunque más por precaución que por problemas derivados del incendio.

Este edificio de El Natahoyo y su gemelo de Pachín de Melás, ambos de 16 plantas, son los más altos de la zona oeste y por eso la humareda que salía de la torre alertó también a vecinos de bloques residenciales más alejados.

Según informó el Ayuntamiento de Gijón, el cuadro eléctrico fue el origen del humo que obligó a desalojar una de las torres de La Estrella. Al encontrarse el edificio en obras, hizo un efecto chimenea por una de las canalizaciones eléctricas y patinillos de ventilación. Según la información municipal, a la llegada del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios de Incendios numerosas vecinos abandonaban el edificio por las escaleras y fue necesario auxiliar a varias personas que caminaban con dificultad. A partir de la planta sexta, el hueco de escalera resulta muy afectado por el humo, haciendo impracticable cualquier tipo de evacuación por lo que se contactó con las personas que están en sus viviendas y se les mantuvo informados en todo momento. Fue necesario evacuar a una vecina y a un vecino con problemas respiratorios por precaución y ambos son atendidos por el SAMU. Una vez extinguido se ventilaron las escaleras y viviendas y se procede a reubicar a los vecinos en sus viviendas, siendo acompañados hasta sus casas.