«La iluminación más bonita de los últimos años con diferencia»

«Súpernavideño, súperhogareño... Precioso», valoró Victoria Frexes desde los pies del plato fuerte del alumbrado navideño de esta temporada: la 'estrellona' del Náutico. «Nos gusta mucho más que cuando estaba el cono, yo creo que ha sido un acierto», comentaba junto a su amiga Alba Menéndez, quien suscribía su sentir. Como ellas miles de gijoneses se echaron a las calles para disfrutar del primer encendido nocturno de la temporada. La plaza Mayor, el Parchís, los Jardines del Náutico o el Campo Valdés fueron algunos de los puntos donde más gijoneses se dieron cita, y eso que el frío hizo de las suyas, llegando el mercurio a marcar por debajo de los diez grados.

Para Julia Suárez, vecina de Gijón «de toda la vida», el alumbrado es «el más bonito de los últimos años con diferencia». Desde la plaza del Parchís fue testigo de los centenares de ciudadanos que se agolparon e hicieron cola para fotografiarse en uno de los dos 'photocalls' con las letras de Gijón. «Se agradece que apuesten por cosas bonitas y un poco originales y que no parezca que el alumbrado tiene siempre lo mismo», incidió. Un fallo eléctrico demoró la puesta a punto del cono gigante -que en otras fiestas se ubicaba en el Náutico- durante algo más de media hora, dejando únicamente iluminada la estrella de la cúspide, algo que para varios gijoneses pasó inadvertido. «A mí me lo han tenido que chivar que se había estropeado porque estaba convencido que era así», bromeaba María Barrio. «La verdad que no queda feo, mira, es como si fuese el esqueleto de un árbol y la punta encendida», le indicaba a su compañera, quien tampoco era consciente de la anomalía.

Un pequeño inconveniente que para nada trastocó el ambiente festivo. «Mejor, así viene menos gente», reflexionaba Javier García, otro de los asistentes a la céntrica plaza para quien el único punto negativo de la jornada era el frío. «¡Estoy tiritando!», exclamaba antes de bromear que «lo que tenían que haber encendido era una estufa, no las luces».

Los abrigos y gorros fueron indispensables para aguantar las colas para sacarse un 'selfie' o fotografiarse en el otro 'photocall', situado en el campo Valdés y convertido en el reclamo de las familias, amigos y parejas para sellar su estancia con una estampa que bien podría acompañar a una postal navideña. «Este año se lo han currado más», reconocía una de las parejas que se daba cita allí; Sergio Álvarez y Adriana Obón, quienes también visitaron el Ayuntamiento, la 'estrellona' y el Parchís. «Han cambiado las luces y está más bonito. Le ha dado vida a la ciudad», reconocía ella.

• Temas
• Navidad
• Gijón