El estomatólogo Alfonso Villa, Antiguo Alumno Distinguido del IES Jovellanos

Fue un alumno brillante en su época de bachiller. Después se matriculó en Medicina en la Universidad de Oviedo y cursó un postgrado en Montpellier, Francia. Trabajó durante un lustro en Atención Primaria en el Área Sanitaria V antes de volver nuevamente a la Universidad para cursar Estomatología.

Con clínica en la gijonesa calle Corrida, Villa Vigil fue director de la Clínica Universitaria de Odontología de Oviedo y es colegiado de honor de los colegios de dentistas de Asturias, Murcia, Cádiz y Aragón. Cuenta con la medalla de oro de seis ilustres colegios de odontólogos y estomatólogos de España, entre ellos el de Asturias. También es académico correspondiente de las reales academias de Medicina de Oviedo, Valladolid, Cádiz y Zaragoza.

Su candidatura se impuso claramente sobre las otras tres que ayer correspondía valorar al jurado: las de Francisco Carantoña, catedrático de Historia de la Universidad de León; Marcos Antuña Egocheaga, alto directivo de EDP; Manuel Bravo López, ingeniero químico, y Francisco Fernández González, catedrático de Física de la Universidad de Salamanca.

Para el Premio Alumno Distinguido Joven, destinado a exalumnos menores de 40 años que ya empiezan a destacar en su vida profesional, solo había dos candidaturas: las de Carmen Amo Alonso, doctorado en Teoría de Control y Sistemas Dinámicos en el Caltech (California Institute of Technology), de Pasadena y Silvia Rodríguez Rozada, investigadora postdoctoral en el Instituto de Neurobiología Clínica del Hospital Universitario de Wurzburgo (Alemania).

Carmen Amo, de 28 años, se crió entre La Felguera y Bañugues, estudió el Bachillerato Internacional en el IES Jovellanos, luego Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Politécnica de Madrid y realizó estancias en el Imperial College de Londres, el propio Caltech y el MIT antes de instalarse definitivamente en California. Tras terminar un máster en ingeniería espacial decidió cambiarse de campo y hacer el doctorado en matemática aplicada. En la actualidad investiga «en una rama que está en la interfaz entre ingeniería y matemáticas, es la teoría del control». Así lo explicaba ella misma hace unos años a EL COMERCIO: «Estoy en un proyecto que pretende explicar cómo la microbiota del intestino afecta a la actividad cognitiva de los ratones. Es algo que suena casi a ciencia ficción y que posiblemente también ocurra en humanos».

Premio Aurelio Menéndez en 2012, también ganó el premio Rosario de Acuña de investigación y divulgación en la categoría de estudiantes en 2011, mismo año en que quedó primera en la Olimpiada regional de Filosofía.

Por otro lado, coincidiendo con la deliberación de los premios a los exalumnos distinguidos, la directiva de la Asociación de Antiguos Alumnos del IES Jovellanos –que este año celebra su 50 aniversario– anunció que el premio Campanil 2023 será para la Fundación de Acción Social Mar de Niebla. La entrega de todos los premios tendrá lugar el 6 de agosto, a las 12.30, en el Antiguo Instituto.