La operación de búsqueda generó una gran expectación.

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La operación de búsqueda generó una gran expectación. DAMIÁN ARIENZA

«Se hundió en cuestión de segundos»

Enrique Suárez, quien alertó al 112, aseguró que «los socorristas fueron muy rápidos en el rescate»

G. MAESE

GIJÓN.

Miércoles, 24 de junio 2020, 02:17

Yencer de los Santos y su pareja, una joven residente en El Berrón, pedían auxilio a quienes paseaban por el paseo del Muro y a los socios del Real Club Astur de Regatas. La mala condición de la mar impidió a quienes veían lo que estaba pasando, que pudieran rescatarlos. Además, la zona de la Cantábrica es peligrosa para el baño tanto por sus corrientes como por su proximidad al pedrero.

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Enrique Suárez, socio del Club de Regatas, fue el primero en fijar su atención en la pareja. Su rápida reacción para llamar al 112 fue clave para rescatar a la joven, de 16 años. «La moto de agua llegó muy rápido, pero instantes después vimos cómo se ahogaba», relata sobre lo que le sucedió a Yencer. Primero rescataron a la chica y «cuando volvieron, el joven ya había desaparecido, le vimos hundirse».

Enrique Suárez, que estaba con su hija en la zona habilitada para las hamacas, se desplazó hasta las pasarela de salida a la mar para indicar los socorristas la zona donde vieron desaparecer al joven. «Fue cuestión de segundos, apenas nos dio tiempo a reaccionar», lamentó.

Las tareas de búsqueda levantaron gran expectación entre los ciudadanos. Agentes de la Policía Local y Nacional tuvieron que acordonar el entorno para favorecer el trabajo de los rescatadores. En la plaza de Campo Valdés, Agustín Anta dijo haberse fijado en la pareja cuando entraba en el agua: «Les vi entrar y la siguiente imagen que vi fue la de la chica saliendo en la moto de salvamento», aseguró.

Quienes vieron el angustioso rescate y el hundimiento de Yencer no salieron de su impacto durante toda la tarde. Luisa Martínez, con lágrimas en los ojos: «Fue muy angustioso; la mar estaba muy revuelta y nadie pudo hacer nada para sacarlos de ahí». Tal era la marejada que durante las labores de rescate, la moto acuática de salvamento tuvo que acercar a la orilla a un bañista, incapaz de regresar a zona segura del arenal urbano gijonés.

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La expectación fue tal que incluso la Policía Nacional se vio obligada a desalojar parte de las instalaciones del Club de Regatas para que los usuarios no entorpecieran las labores de rescate que estaban llevando a cabo los buzos de Salvamento Marítimo en la Cantábrica, en la escalera 0.

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