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LAURA MAYORDOMO
GIJÓN.
Viernes, 10 de enero 2020, 01:00
El Hospital de Jove atendió el año pasado un menor número de pacientes urgentes. Por los boxes de dicho servicio pasaron entre enero y diciembre 26.534 enfermos; 244 menos de los que lo habían hecho un año antes, cuando los médicos vieron a 26. ... 778. La bajada no es significativa en términos brutos, pero sí lo es el hecho de que el complejo hospitalario de referencia para la zona oeste de Gijón y Carreño lleva encadenando doce años consecutivos de descenso en las estadísticas del servicio de urgencias. Basta con comparar la cifra del pasado año con la de 2008 -cuando fueron 31.980 las personas que demandaron atención urgente- para comprobar que desde que se inició la segunda década del siglo XXI no se ha vuelto a superar la barrera de las 30.000 urgencias.
Encontrar el porqué a esta progresiva bajada no es fácil. A juicio de la gerente del hospital, Laura García, «es una tendencia que no vemos que tenga una explicación única» y que más bien podría responder a varias causas. Si bien a principios de la década se ligaba a la crisis o el copago de medicamentos en función de la renta, también podría responder a una mayor responsabilidad social y un uso más racional de las urgencias por parte de los pacientes. «Como es una vía de acceso voluntaria para el usuario es difícil de analizar, porque en los últimos meses ha evolucionado levemente al alza de nuevo», apunta la gerente de Jove.
Por otro lado, según los datos de la memoria provisional elaborada por el centro sanitario concertado, el año pasado los quirófanos de Jove tuvieron algo menos de actividad que en 2018. En concreto, se realizaron 576 intervenciones quirúrgicas menos al pasar de las 5.560 de 2018 a las 4.984 del pasado ejercicio. Uno de los motivos es la menor actividad del servicio de Urología, al haberse visto mermada la plantilla con la marcha de tres de los cinco profesionales con los que contaba el hospital.
Según el balance del centro, el pasado año también bajó el número de ingresos -7.650 frente a los 8.023 de 2018- y de estancias -de poco más de 50.000 a 48.878-, así como la actividad en el hospital de día: de los 2.783 ingresos de 2018 se pasó a 2.535 el año pasado. Con todo, el porcentaje de ocupación de Jove fue en 2019 muy similar al del año precedente: del 71,23%. Y un dato curioso: cada estancia hospitalaria genera seis kilos de ropa sucia que hay que mandar a la lavandería. El año pasado fueron en total más de 308.000 kilos. En lo que respecta a las consultas a los especialistas también hay una notable bajada: de 116.099 se pasó a 106.842 en apenas un año.
Entre intervenciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas, Jove asumió el año pasado 5.140 derivaciones del Sespa: 1.578 de Cabueñes y 3.562 de otros hospitales de la región. Aunque, aclara la gerente, «a veces el paciente rechaza ser intervenido, no hay indicación por parte de Jove (ya que se vuelve a valorar aquí), o el paciente es 'rescatado' por el hospital de origen». Al final, de las 5.140 derivaciones se realizaron 4.443, el 86%.
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