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«Con su abrigo, su zapato de tacón, los labios pintados, su sonrisa perpetua y su bastón». Así recordó Adriana Lastra, delegada del Gobierno en Asturias, a Ángeles Flórez Peón, 'Maricuela', en el acto de homenaje que este sábado celebraron los socialistas asturianos en el cementerio El Sucu, donde descubrieron una placa en honor de la histórica militante socialista y 'la última miliciana viva'. «Decía Rubalcaba que cuando dejamos de vivir como pensamos, pensamos como vivimos. 'Maricuela' siempre vivió como pensó», clamó el presidente del Principado, Adrián Barbón, visiblemente emocionado, quien destacó que «Maricuela será eterna. En nuestro corazón todos llevamos un poco de ella. Porque ese 'cuerpín', tan pequeño, de 105 años, tenía un alma y espíritu enorme que siempre permanecerá. Ángeles deja huérfanos no solo a la familia socialista, también a todos los demócratas».
Ángeles Flórez Peón, conocida por todos como 'Maricuela', fue enfermera durante la Guerra Civil y una «guerrera muy activa contra los golpistas, lo que le valió nueve años de cárcel», comentó el presidente de honor de la FSA-PSOE, Pablo García que apostilló "tras ello, se exilió a Francia, donde permaneció hasta la muerte de su marido, Graciano Rozada, pero nunca dejó de proclamar los derechos sociales y la defensa de la libertad, así como recordar y pedir justicia por la memoria histórica, debido especialmente a un hecho que la marcó de por vida: durante la represión de la huelga revolucionaria de octubre de 1934, su hermano, uno de los '24 mártires de Carbayín', fue asesinado».
José Antonio Rozada, hijo de 'Maricuela', confesó que el mejor regalo para nuestra madre eran las máquinas de escribir. Las destrozaba todas. Agarrada a un ramo de claveles «le gustaban más que las rosas», su hemana, María Ángeles, leyó un poema de Pablo Neruda mientras se aferraba a Juan José Quince, ahijado de Ángeles, quien, entre lágrimas, esgrimió: «La echo mucho de menos. Compartió cárcel con mi madre y allí prometieron que si salían vivas amadrinarían a sus respectivos hijos». Más de un centenar de militantes como María Luisa Carcedo, Paz Fernández Felgueroso, Luis Manuel Flórez (Floro), Salomé Díaz Toral, Monchu García, Fran López, Noelia Macías, Iván Ardura; o los sindicalistas José Luis Alperi, Javier Fernández Lanero, entre otros, protagonizaron un sonoro aplauso en honor a esta mujer, emblema del socialismo asturiano.
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