Hallan a un hombre en una rotonda de Gijón que llevaba varios días muerto

Cuando los agentes llegaron al lugar comprobaron que el estado que presentaba el cuerpo apuntaba a que la muerte se había producido días atrás. Una versión que ratificó el médico forense y el departamento científico de la Policía. Las investigaciones previas al levantamiento del cadáver, que ordenó el titular del juzgado de guardia de Gijón, se prolongaron durante varias horas. Los agentes fotografiaron la escena y los enseres del fallecido, que estaban esparcidos por la zona. Los resultados de las primeras investigaciones y del examen médico apuntan como causa de la muerte a un fallecimiento natural. Según ha informado la Policía Nacional, tras conocer su identidad y acceder a su historial clínico, el fallecido presentaba patologías respiratorias.

Una trágica muerte que ha causado gran consternación entre los vecinos de el barrio de La Calzada. El vecindario de la calle Federica Montseny, la más cercana a la citada glorieta, veía imposible lo sucedido. «Yo no me di cuenta y eso que suelo a diario mirar por la ventana», comentaba perpleja Consuelo Rodríguez, mientras era informada de los hechos por este periódico. Otros vecinos, que fueron testigos de las labores de investigación de la Policía Nacional, aseguraban que el árbol que está en la glorieta les había impedido ver el cuerpo de fallecido los días atrás. El hallazgo del cadáver, y las prolongadas horas de investigación, despertaron la curiosidad ciudadana en torno a la rotonda de la avenida Príncipe de Asturias.

Juan Carlos Sánchez, turista procedente de Huelva, que aparcó junto a su familia su autocaravana en un parking habilitado cercano al lugar, fue testigo del amplio despliegue que supuso el hallazgo del cadáver. «Pronto todo el mundo se dio cuenta de que había sucedido algo grave», apuntaba ayer. El onubense llevaba cuatro días aparcado en la misma zona y tampoco se percató.

Otra vecina del edifico frente a la rotonda aseguró a EL COMERCIO haber visto al fallecido al menos el viernes al mediodía portando una mochila y vestido con una camisa de cuadros. «Era habitual verle tomar el sol en el sitio donde falleció», sostiene. Y es que a la rotonda, máxime desde que se decretaran las nuevas normas de aforo en las playas urbanas de Gijón, acuden numerosas personas diariamente a tomar el sol sobre el césped. Las obras del pozo de tormentas junto al edificio de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) han inhabilitado una amplia zona verde donde también acudían usuarios a tomar el sol, lo que provoca que la afluencia a la rotonda haya crecido en los últimos meses.

Lo mismo que a los otros testigos les sucedió a Olga Juan y a su hija, Desiré Redruello. Tampoco se percataron del fallecimiento en días. Son vecinas de la zona y habitualmente pasean junto a la glorieta. «Siempre hay mucha gente, pero esta vez no me fijé en nadie», destacó Olga Juan. Los trabajadores del turno de tarde de la gasolinera cercana tampoco vieron nada. Nadie se enteró del deceso durante días. Una trágica y terrible muerte.

Además, según fuentes oficiales, nadie en los días que el hombre estuvo fallecido en la rotonda había denunciado su desaparición. Aún se desconoce si el hombre tenía familia en la ciudad.