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Domingo, 4 de marzo 2018, 01:02
El edificio de la calle de San Bernardo tiene su historia. Un hacendado local llamado Gaspar Díaz Valdés-Hevia, que figura como el primer presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio de la Inmaculada (promoción de 1894), fue su promotor. Encargó al arquitecto ... Manuel del Busto en 1916 un ambicioso programa de vivienda unifamiliar dispuesto en tres niveles (planta baja con jardín y garaje, piso principal con más de media docena de habitaciones dedicadas a dormitorio y ático con más dormitorios, trastero y una sala de música y terraza). Acabó transformado en plurifamiliar. Díaz Valdés-Hevia, que falleció en Madrid en 1965, también fue propietario de la Quinta La Corolla en Somió. En el patio que ahora se va a abrir como acceso público queda para los anales que estuvieron allí los talleres en los que arranca la historia de la empresa Esmena en la ciudad. El inmueble, que en la década de los noventa del pasado siglo fue sede social del colectivo artístico Luzernario de Ánxel Nava, ha tenido muchos pretendientes en los últimos años. Pero quien se ha llevado el gato al agua ha sido otro hacendado actual, el empresario asturmexicano Antonio Suárez, quien tenía desde hace tiempo esta operación entre ceja y ceja. Las negociaciones con los herederos de Gaspar Díaz, su veintena de descendientes directos vivos, fueron largas y complicadas. Finalmente se llegó a una cifra que permitió cerrar, el pasado lunes en Madrid, el acuerdo ante notario entre las partes.
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