MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Lunes, 14 de mayo 2018, 01:31
La de este fin de semana fue la XXVI Marcha a Covadonga organizada por el Real Grupo de Cultura Covadonga. No fue una más ya en esta ocasión tuvo una connotación muy especial, al celebrarse el centenario de la coronación de la Virgen y el ... 80 aniversario del club gijonés. Y esa doble efeméride la quisieron dejar patente los 120 grupistas que acudieron ayer al Real Sitio para participar en una misa, la ofrenda floral y una comida de confraternización.
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Hubo un grupo de socios que inició la marcha el viernes, haciendo noche en Amandi y Sietes (Villaviciosa). El sábado se incrementó el número de grupistas que hicieron la ruta a pie hasta el Real Sitio, hasta llegar a los 61 y se distribuyeron en varios hoteles de Cangas de Onís para pasar la noche sabatina. Ayer por la mañana el grupo se incrementó a 120 y a primeras horas, ante la iglesia canguesa, los grupos de coros y danzas de la entidad animaron el inicio de los últimos doce kilómetros de recorrido hasta Covadonga, capitaneados por su presidente, Antonio Corripio.
La marcha la encabezaban varias banderas del club, una de ellas con la imagen conmemorativa de este 80 aniversario y todos los participantes llegaron sin problemas hasta la basílica. «Fue un acto muy emotivo», explicó el presidente de la entidad. La misa -cantada por el coro del club- fue oficiada por el abad de Covadonga, Adolfo Mariño, y que hasta hace poco fue párroco de San José y arcipreste de Gijón. De hecho, la relación de Mariño con el club siempre ha sido muy fluida. «Fue muy cariñoso con el Grupo y, en tono de broma, nos dijo que devolvíamos la visita que él nos había hecho al club hace un tiempo», señaló Corripio. El acto en la basílica culminó con una ofrenda floral.
A continuación, todos los grupistas, encabezados por los grupos de coros y danzas, al son de música asturiana, se dirigieron en procesión hacia la Santa Cueva, donde hicieron una nueva ofrenda floral, esta vez a los pies de la imagen de la Virgen de Covadonga, acompañados en todo momento por el abad del Real Sitio.
Ante la Santina, el presidente del Grupo pronunció unas breves pero sentidas palabras en las que aseguró que se culminaba una de las tradiciones más gratificantes para todos los socios de la entidad. «Aquí hemos llegado los grupistas, los que llevamos tu nombre cada vez que competimos en una cancha, cada vez que uno de nuestros deportistas se cuelga una medalla al cuello o cada vez que cualquiera de nosotros te ve, señora y galana, a la entrada de nuestras instalaciones en la ribera del Piles, sabedores de que, además, eres la reina de nuestras montañas», dijo Corripio.
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También tuvo ante la imagen de la Santina un recuerdo para los grupistas fallecidos y le pidió «que nos des salud para poder seguir honrándote desde el deporte, desde el esfuerzo por ser mejores y poder así llevar tu nombre a lo más alto de la superación».
Pero también hubo lugar para la celebración, el presidente grupista explicó que «trajimos una tarta por el 80 cumpleaños y los niños fueron los encargados de apagar las velas. Y es que el reto que tenemos es atraer a los niños porque son ellos los que nos tienen que ayudar a conservar estas tradiciones».
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