El Grupo aprovecha para remozarse

Algunas de las mejoras programadas por la directiva que preside Antonio Corripio se podrán visualizar por la masa social cuando finalice este tiempo de confinamiento general forzoso y otras tardarán algo más, porque hay mucha dependencia de la situación actual del suministro de los proveedores.

La actividad que se mantiene a diario son las labores de limpieza intensiva, desinfección e higienización de superficie. El mantenimiento que se hace no solo es correctivo, sino también preventivo. Las piscinas cubiertas, por poner un ejemplo, se depuran y cloran como de costumbre para que al día siguiente que se levanten las restricciones del estado de alarma los socios vuelvan a zambullirse y a nadar sus largos.

Y entre las obras en marcha en planificación y desarrollo la más destacada es el acondicionamiento de la finca La Torriente para que, cuando se reabra el Grupo, los socios empiecen a disfrutar del terreno anexo. La idea es dotar la parcela en estas semanas de bancos y fuentes para beber para que los grupistas puedan empezar a usarla para hacer deporte y como solárium. También habrá allí un circuito para correr que indicará cuándo se completa un kilómetro.

La directiva del club prevé también la implantación de mejoras en las piscinas como un cronómetro y un marcador en la de 50 metros, supeditado todo a que los proveedores suministren. Además se proyecta el arreglo el altillo del pabellón Guillermo García para completar la reforma del gimnasio en la parte de abajo.

Otra mejora en curso que se está mirando es la de la galería de tiro con arco con el proyecto para acometer la división a tiro de sala. Asimismo, se está valorando los costes para pavimentar los accesos y el pasillo principal de tránsito del Grupo por los que pasan a diario 7.000 socios. En la sede de Mareo también se instalará un radar para el control nocturno de las instalaciones. Se sustituirá y mejorará así la vigilancia por personal.